Ola de calor

Conducir con calor en el coche puede ser similar a estar bajo los efectos del alcohol

Durante el verano, sobre todo en esta época de año, es importante protegerse de las altas temperaturas, también en el interior de los vehículos. Los expertos aseguran que estas temperaturas afectan a la conducción.

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Durante el verano, sobre todo en esta época de año, es importante protegerse de las altas temperaturas, también en el interior de los vehículos. Y es que las temperaturas ascienden rápidamente cuando los coches se encuentran expuestos al sol y sin aire acondicionado. De hecho, cuando en el exterior hay una temperatura de 39ºC, algo muy habitual en verano, hay zonas del vehículo que pueden alcanzar los 70ºC en unos minutos.

Como se muestra en el vídeo que acompaña esta noticia, la temperatura del interior de los coches supera los 45 grados. Y tan sólo en un tiempo estimado de 30 minutos. Los expertos aseguran que estas temperaturas afectan a la conducción.

El calor extremo puede ser peligroso para conducir. Conducir con ese calor es comparable incluso, en algunos casos, a beber alcohol. Y es que una temperatura mayor de 35 grados equivale a conducir con una tasa a positiva de alcohol en sangre. Una de las consecuencias que puede tener es que aumenta la agresividad. Según Antonio Lucas, doctor en Seguridad Vial, significa que "vamos a aumentar el tiempo de reacción, que vamos a tener reacciones imprevistas. Por ejemplo, vamos a tener fatiga y somnolencia".

Una de cada cinco señales no las percibimos si el interior del vehículo no está a la temperatura adecuada. Además, nuestros reflejos disminuyen y los errores en la conducción aumentan en un 30%. "El aire acondicionado es un elemento de seguridad, además de ser un elemento de confort". La temperatura adecuada en el interior de un vehículo debe oscilar entre 19 grados y 24 grados.

Trucos para mantener el volante fresco

El volante es uno de los lugares donde se concentra mucho el calor y puede llegar a quemar si no lo protegemos adecuadamente. Por eso, existen fundas para el volante que pueden protegerlo. Además, es importante llevar un parasol que cubra la luna delantera para evitar que dé el sol directamente sobre el volante.

En cualquier caso, siempre que sea posible hay que buscar un sitio a la sombra para dejar el coche aparcado. De esta forma, la temperatura en el interior no subirá tanto y el volante no quemará. Aunque hay que recordar que no conviene aparcar debajo de los árboles porque, en muchos casos, con el calor hay bastantes árboles que sueltan resina. Y las manchas de resina son difíciles de quitar; sobre todo si se tarda mucho tiempo en limpiar la carrocería.

Además, también hay árboles de los que cae una sustancia pegajosa que se denomina melaza y la provoca un tipo de pulgón que habita en algunas clases de árboles.

Otro problema que nos podemos encontrar si aparcamos debajo de un árbol es el de las heces de los pájaros. Los excrementos de las aves contienen ácidos que dañan el barniz externo del coche y con el tiempo puede llegar a la pintura. Además, el calor incrementa el daño que las heces de los pájaros producen sobre la carrocería. En este caso conviene limpiar la carrocería lo antes posible para eliminar todos los excrementos.

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