Nieve
El deshielo en las montañas aumenta el riesgo de aludes: AEMET y agentes forestales intensifican las mediciones
Después de las copiosas nevadas caídas en marzo, el aumento de las temperaturas ha iniciado el deshielo en algunas zonas, incrementando así el riesgo de aludes.

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Después de las copiosas nevadas caídas este mes de marzo en los sistemas montañosos de la Península Ibérica y en las islas, el aumento de las temperaturas tras la llegada del esperado anticiclón —después de un récord de lluvias— ha iniciado el deshielo en muchas zonas. En estas áreas, la nieve comienza a fundirse y las capas se desmoronan, aumentando el riesgo de aludes en comparación con los días de frío más intenso. Hoy acompañamos a un equipo de agentes forestales del Parque Nacional de Guadarrama.
Iván Rodríguez, jefe del equipo, nos explica que es necesario realizar mediciones continuas en distintos tramos de la montaña, con diversas orientaciones, para identificar los parámetros que determinan el grado de riesgo de aludes.
Para ello, se buscan zonas con desniveles pronunciados y acumulaciones significativas de nieve, analizando la cantidad de capas presentes, según las distintas nevadas caídas este invierno. Nos calzamos las raquetas y subimos hacia la montaña en Peñalara, cerca del Puerto de Cotos, en Madrid.
En el equipo está Pablo del Blanco, agente forestal, que, pala en mano, comienza a cavar en un punto seleccionado hasta descubrir una capa de nieve de 1,80 metros de espesor. Mientras tanto, Iván Rodríguez mide el viento, la nubosidad, el grado de humedad y la temperatura exterior. ¿Por qué hablamos de temperatura exterior? Porque Pablo introduce un termómetro en las distintas capas del manto de nieve para determinar su temperatura interna. Va comunicando los resultados a su jefe, Iván, quien los anota y empieza a tomar muestras de los distintos gránulos de nieve correspondientes a diferentes nevadas. Examina estos granos minuciosamente con una lupa y, además, mide la densidad de las capas para comprobar si alguna es deslizante o presenta huecos que puedan facilitar el desprendimiento de la nieve.
Pablo del Blanco señala que los aludes son un riesgo mortal que se repite cada año. En algunas zonas, aunque se producen muchos aludes, hay pocos montañeros y esquiadores, mientras que en lugares como la sierra de Madrid, donde los aludes son menos frecuentes pero hay más visitantes, el peligro de que haya numerosos afectados es mayor. Por este motivo, Iván Rodríguez destaca la importancia de las mediciones exhaustivas realizadas por múltiples equipos, cuyos datos se comunican a AEMET Montaña, con sede en Zaragoza. Esta entidad elabora boletines actualizados sobre el riesgo de aludes en cada zona montañosa.
Este año se han observado numerosos aludes ligados a la "nieve de primavera", caracterizada por nieve nueva y blanda, así como por cornisas enteras que a menudo se desploman, representando un peligro significativo. En cualquier caso, se recomienda a los esquiadores y montañeros consultar los datos en tiempo real proporcionados por AEMET y no salirse de las pistas habilitadas ni de las zonas con menor riesgo. La información y la precaución son clave para prevenir accidentes.
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