Cambio Climático

El Mediterráneo fue un desierto de rocas, arena y sal: ¿Hay señales de repetir la historia?

La actual crisis climática lleva a los expertos a valorar eventos pasados como escenarios posibles en un futuro. El Mediterráneo no siempre fue un mar con buena salud y a lo largo de los milenios ha sufrido grandes cambios. Los últimos estudios desvelan detalles de una de las peores crisis que sufrió.

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En los últimos años el Mar Mediterráneo es noticia por batir su propio récord de temperatura máxima jamás registrada. La última este mismo verano. El 21 de agosto de este año una boya oficial, perteneciente a Puertos del Estado, organismo dependiente del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana español, realizaba la medición de 28,61ºC en el agua del mar. Cifra que es la más elevada medida nunca en el mar que los romanos llamaban el 'Mare Nostrum'.

También se están superando los registros de salinidad y las proyecciones de los científicos no son ni mucho menos esperanzadoras. El Mediterráneo está cada vez más caliente y tiene una mayor concentración de sal. Factores que afectan directa y negativamente a su riqueza natural, y en el caso de la temperatura, relacionada directamente con la evaporación y así, con unas mayores frecuencia y virulencia de tormentas, temporales y fenómenos como la DANA.

Origen del 'Mare Nostrum'

Los muchos y distintos estudios científicos del Mediterráneo han conseguido entre otras cosas, descubrir su origen. El Mediterráneo no siempre fue un mar. Hubo un momento en que el agua empezó a entrar desde el Atlántico a través de lo que acabo siendo el Estrecho de Gibraltar, llenando la cuenca occidental. Algo parecido sucedió en Sicilia, y así se formó la cuenca Jónica (Mediterráneo oriental). Este evento estuvo marcado por la existencia de una gigantesca cascada de un kilómetro y medio de altura que llenó la mitad este en tan sólo dos años.

La crisis que secó el mar

Una de las últimas investigaciones, publicada por la revista 'Nature', ha descubierto recientemente qué sucedió hace entre aproximadamente 5 y 6 millones de años. El Mediterráneo se secó casi en su totalidad, perdiendo el 70% de toda su agua. Las causas fueron varias.

Hubo un acontecimiento crucial para que se produjera la llamada Crisis de Salinidad del Mesiniense. Un periodo de intensa actividad tectónica hizo que el agua dejara de fluir hacia el Mediterráneo y causó que desapareciera casi por completo.

El fenómeno drástico y decisivo

El accidente, también geológico, que inició aquella crisis en el Mediterráneo fue el bloqueo del estrecho de Gibraltar. Un elevamiento del terreno cerró la que hoy es separación entre el continente europeo y el africano. A través del Estrecho pasaba una corriente de agua desde el Atlántico que quedó interrumpida. El mar Mediterráneo se convirtió en un inmenso lago salado.

Elevación del estrecho de Gibraltar.
Elevación del estrecho de Gibraltar. | Nature

A esa nueva situación se sumaron las condiciones climáticas existentes que favorecían una alta evaporación de sus aguas, que cada vez se volvían más saladas. Esa evaporación era muy superior al aporte de agua que llegaba de los ríos, que desembocaban en él, y a las precipitaciones. El Mediterráneo se vaciaba sin remedio.

El nivel de las aguas descendió hasta hacer que el Mediterráneo se asemejara a unas inmensas salinas.

Fases diferenciadas

Gracias a la datación de los radioisótopos de cloro de esos enormes sedimentos de sales, los expertos ubicaron este evento en la línea temporal y distinguieron 2 fases claramente diferenciadas: una primera en la que el Estrecho no se cerró completamente y una segunda en la que sí, y provocó cambios drásticos.

Los expertos descubrieron que en la primera fase, con evaporación moderada, la parte oriental fue la más afectada, permaneciendo más o menos estable la occidental, la más cercana a la reducida entrada de agua desde el Atlántico.

En la segunda etapa se cortó por completo la conexión Atlántico-Mediterráneo. La evaporación y el consecuente descenso de nivel del mar se aceleró. En menos de 10.000 años, la mayor parte del mar se secó definitivamente, eso sí, pese a la exagerada desecación exprés, el Mediterráneo no llegó a secarse completamente aunque sí se llegó a formar una capa de salmuera que alcanzó un kilómetro de espesor en algunas zonas.

La mayor parte del lecho marino se había transformado en un desierto de arena, rocas y sal, mucha sal. Tanto fue así que se formaron los gigantescos depósitos de sales, principalmente sal común y yeso, que han estudiado los expertos.

Las consecuencias de un Mediterráneo seco

No es difícil intuir que el Cambio Climático asociado a un evento de esta magnitud fue proporcional. La alteración de los ciclos hidrológicos y patrones de lluvias de todas las zonas próximas fue enorme. Eso, en añadido a la desaparición de un gran mar, casi a todas luces que, afectó notablemente a escala planetaria a la circulación atmosférica durante milenios.

Evidentemente todos estos cambios, incluida una salinidad extrema, produjeron que el impacto en la biodiversidad marina fuera inmenso y que llevó a una extinción de proporciones colosales que alcanzó al 90% de los seres vivos.

Por otro lado África y Europa quedaron unidas por varios puntos, y lo mismo sucedió con varias islas de la parte occidental como las Islas Baleares. Esto posibilitó el viaje de poblaciones de animales y plantas de unas zonas a otras.

Señales de alarma: ¿volverá a secarse?

Actualmente y como ya se ha mencionado, el Mar Mediterráneo está afrontando otra crisis que guarda similitudes con aquella que aconteció hace más de 5 millones de años. El aporte de agua desde el Atlántico al Mediterráneo se recuperó y en el presente vuelve a ser crucial en su 'viabilidad'.

Las temperaturas que alcanzan las aguas mediterráneas hoy en día al final de los últimos veranos son cada vez más altas, lo que lleva a una mayor evaporación. Esa evaporación y la cantidad de sustancias que, por la actividad humana, terminan llegando a los mares y océanos, están haciendo que, en el caso del Mediterráneo, éste se este volviendo más salado y más ácido (también por la absorción de dióxido de carbono -CO2-).

Temperatura del agua del mar.
Temperatura del agua del mar. | CEAM

Estos grandes cambios que está experimentando el Mediterráneo en las últimas décadas, sin duda están implicando ya sus propios efectos, sobre muchas especies de fauna y flora marina, y por supuesto también consecuencias climáticas, evidenciadas por muchos y distintos estudios.

Una de las repercusiones directas de la evolución de las condiciones del Mediterráneo es una mayor cantidad de fenómenos extremos, así como una fuerza también superior de los mismos. Otra es que, de seguir así, en varios siglos el Mediterráneo pueda albergar unas condiciones tan difíciles para la vida que hagan que se pueda parecer al que por algo es llamado el Mar Muerto.

Acumulación de salinidad.
Acumulación de salinidad. | Puertos del Estado y AEMET.

En medio de esos cambios que está afrontando en nuestros días el Mediterráneo, no se teme una desaparición del Mediterráneo en los próximos milenios. No hay ningún indicio que haga esperable un acontecimiento que desencadene una crisis semejante y peligrar la puerta a la vida que representa el Estrecho de Gibraltar para el mágico lugar al que Joan Manuel Serrat dedicó su famosísima canción 'Mediterráneo'.

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