Incendios forestales

Seis meses después del incendio de Bejís, en Castellón ¿cómo se recupera el entorno?

El incendio de Bejís, en Castellón, se ha considerado el más devastador de los últimos años en la comunidad valenciana. Arrasó 20.000 hectáreas y varios municipios tuvieron que ser desalojados por el avance sin control de las llamas. Ahora, seis meses después, el paisaje empieza a transformarse y ha empezado la recuperación.

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Todos recordaremos el verano de 2022 como uno de los peores años en lo que a incendios forestales se refiere. El fuego amenazó prácticamente a toda la geografía española. En la Comunidad Valenciana, elincendio de Bejís, en Castellón fue sin duda uno de los más devastadores de los últimos años en la provincia.

Según la investigación, el fuego se inició por un rayo, en una zona de difícil acceso. Las llamas se propagaron con mucha velocidad por un perímetro de hasta 140 Km. Un mes después de que se iniciara los bomberos consiguieron extinguirlo, pero el fuego había arrasado ya 20.000 hectáreas y los vecinos de 26 municipios tuvieron que ser desalojados.

¿Cómo se está recuperando el entorno?

Ahora, seis meses después, ya se nota la recuperación de la zona. La Confederación Hidrográfica del Júcar se ha puesto manos a la obra y trabaja en la zona del río. Están retirando y cortando los árboles que resultaron calcinados, afianzan el terreno construyendo fajinas con la propia madera y además miden y analizan el efecto de las cenizas sobre la calidad del agua.

Lo primero es retirar los árboles afectados por el fuego que hayan caído sobre la zona del río o estén a punto de caer. "Se eliminan para evitar que se formen tapones en puentes, badenes que pueda haber aguas abajo" comenta Marc García, Comisario de Aguas.

Además, comenta que "cuando se produce un incendio desaparece toda la cobertura vegetal y si luego vienen riadas, o lluvias, se puede producir un arrastre de todos los sedimentos quedando totalmente infértil el terreno. Entonces lo que hacemos, es que con los troncos que han caído construimos unas fajinas, como una especie de represas". Todo esto se hace con cuadrillas, de forma manual, trabajando árbol por árbol. Así pueden ver si necesitan cortar el árbol por completo o si se puede hacer una poda selectiva que permita su supervivencia.

"Es un trabajo prácticamente de artesanía, hacen caer el tronco - si no ha caído ya- y luego los van despedazando a unos trozos manejables" asegura Ignacio Ezpeleta, director de las obras de emergencia.

Leña para los vecinos

Esos trozos manejables se están dejando en una campa para que todos los vecinos puedan aprovechar esa madera para calentar su casa este invierno. "Obviamente para los vecinos siempre que hay un incendio es un drama y no hay que ver más que como ha quedado el entorno, calcinado, lleno de cenizas pero, a pesar del drama, estamos intentando revalorizar el entorno y recuperar el río que hasta ahora no se veía" afirma Marc García. Ahora han comenzado con una restauración fluvial y han empezado a plantar vegetación de ribera y a controlar que no crezcan especies invasoras en el río Palancia.

Además los incendios también afectan a las calidades de las aguas, y por tanto, se mide frecuentemente tanto las aguas superficiales como las subterráneas "para ver si hay algún tipo de afección por las cenizas".

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