Turbulencias
Las turbulencias cada vez serán más frecuentes por el cambio climático
Los expertos aseguran que las turbulencias son cada vez más frecuentes. Uno de los motivos es el cambio climático, porque el calentamiento global está alterando la temperatura en la atmósfera. Y esto afecta directamente a los vuelos.
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Como un coche en la tierra o un barco en el mar, los aviones se sustentan sobre el aire. Y ahí, en pleno vuelo, los cambios de temperatura o presión provocan un movimiento en las capas de la atmósfera, ocasionando cambios en la dirección y la velocidad del viento. Es lo que se conoce como "turbulencias".
¿Qué son las turbulencias?
Forman parte de los viajes aéreos y tanto los viajeros como los pilotos están acostumbrados a ellas. Sin embargo, no todas son iguales. Las más comunes son las orográficas, que se dan cuando se vuela cerca de una cordillera muy alta. También están las turbulencias convectivas, que se notan cuando el avión atraviesa nubes de tormenta.
Pero también se pueden formar con el cielo despegado: son las llamadas turbulencias en aire claro (CAT). Se encuentran principalmente en grandes altitudes, en los cruces del Océano Atlántico y zonas polares. Y lo que las ocasiona es una corriente en chorro. Por eso son tan difíciles de predecir y detectar. "Como no están asociadas a un fenómeno nuboso, no se ven", explica Lucía Aránega, comandante de A320 y colaboradora del Departamento Técnico de SEPLA, el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas.
Turbulencias de aire claro, ¿motivo del accidente?
Aunque antes de despegar los pilotos cuentan con cierta información orientativa sobre los niveles donde pueden encontrarse este tipo de turbulencias, lo cierto es que no aparecen en el radar meteorológico de la cabina de vuelo. Por eso, hasta que los pilotos no se encuentran con ellas no pueden actuar. Y cuando ocurre, tienen que corregir velocidad y altura en poco tiempo, descendiendo de manera brusca.
Es lo que ocurrió en el accidente del vuelo Boeing 777-300ER, que viajaba desde Londres a Singapur. Descendió 2.000 metros en apenas cuatro minutos, ocasionando la muerte de un pasajero y una treintena de heridos. Aunque aún debe establecerse una investigación exhaustiva para determinar las causas, parece que una turbulencia en aire claro podría estar detrás.
Los pilotos insisten en que, en estos casos, es fundamental "llevar el cinturón abrochado y hacer siempre caso a las indicaciones de tripulación". Porque, aunque sean unas turbulencias tan fuertes como las que ocurrieron en ese vuelo, "el daño se atenúa", explica José Manuel Hesse, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España (COIAE).
Más turbulencias por el cambio climático
Aun así, los expertos también coinciden en que debemos estar preparados para unos vuelos "cada vez más turbulentos", porque se ha detectado que este tipo de turbulencias en aire claro serán cada vez más comunes. Un estudio del científico británico Paul Williams apunta a que "en los últimos veinte años, han aumentado en más de un 50%", tal y como detalla Fernando Valladares, investigador del CSIC y profesor de Ecología de la URJC.
El motivo principal sería el cambio climático, al estar alterando los patrones de temperatura. "Está influyendo en la meteorología y puede estar dando lugar a fenómenos más intensos", detalla Hesse. "Al final la atmósfera es un fluido, sometido a cambios de presión, dirección... y también temperatura", explica Aránega.
"Los gases de efecto invernadero son los causantes de esta tendencia, porque la diferencia entre los aires que se encuentran es mayor", añade Valladares. De hecho, hace unos meses, un estudio publicado en la revista Nature Climate Change desveló que los vientos asociados a la corriente aumentarán un 2% por cada grado que sube la temperatura media mundial, debido a la emisión de gases de efecto invernadero.
Pero que sean más frecuentes, no quiere decir que vayan a ser tan intensas como la que ocurrió en el vuelo de Singapore Airlines. Y aunque los viajes tiendan a mayor movimiento, la tecnología también evolucionará, desarrollando sistemas que sean capaces de "predecir este tipo de turbulencias", intuye Valladares.
Desde la aeronáutica lanzan un mensaje de tranquilidad. Por un lado, porque "todas las aeronaves están certificadas para no tener ningún problema estructural cuando se encuentran volando en turbulencias", explica Hesse. Y por otra parte, porque "el año pasado, la tasa de accidentes ha sido la menor de la historia", ejemplifica Aránega. Aseguran que el avión sigue siendo el medio de transporte más seguro.
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