Turismo

El turismo de las DANAS, en busca del agua que dejaron las tormentas

Las DANAS han dejado inundaciones y pérdidas de cosechas en muchos puntos, pero en otros nos dejan el regalo de nuevos paisajes del agua que atraen a un turismo inédito en un mes de julio: el turismo de DANAS.

El dilema no se reduce solo a playa o montaña, norte o sur. Las vacaciones se pueden decidir de otra manera: en busca del agua. Concretamente del agua que nos han dejado las tormentas en muchas zonas del interior de la Península donde han revivido arroyos, cascadas y saltos de agua.

Por ejemplo, las DANAS han llenado hasta arriba muchas piscinas fluviales como la que hay en el río Tiétar a su paso por Madrigal de la Vera, en Cáceres. Un lugar donde contemplar el maravilloso puente por el que en su origen discurría una calzada romana que unía el pueblo con Plasencia.

El turismo de las DANAS dispara la hostelería en el interior. Eso, por ejemplo, afirma Carlos Delgado, dueño y chef en 'Humo y Sal', un restaurante que se llena con los viajeros que aparecen por la comarca en busca de paisajes como la cercana cascada del diablo, situada a nueve kilómetros.

Judith Monmany, de Escapada Rural, nos dice que las últimas lluvias han dado vida al campo del interior de la Península, y eso está haciendo que crezca el viajero que se aloja en casas rurales del interior de Castilla La Mancha, Extremadura, Castilla y León y Aragón.

Eduardo Propi, de CasaVitur, nos señala la casa rural 'La Dehesa de la Parrilla' por su cercanía con el embalse de Cazalegas, donde también hay un camping en el cual está el gerente Jorge Blanco, que también afirma que es un buen momento para disfrutar las tormentas de verano en un camping, donde se puede escapar de los 40 grados y dar paseos sin sudar gracias al frescor de la cercanía del agua.

Atractivos tras una DANA

Gema Calderón es la dueña de la casarRural 'Agua' en Madrigal de la Vera y cree que el nombre no es casual porque a muchos visitantes les atrae las pozas, las cascadas y los arroyos que se forman en la Vera.

En el fondo de trata de un turismo efímero, una batalla ganada este mes de Julio contra la sequía que hay que disfrutar visitando todas las formas del agua más bellas. Porque no sabemos cuánto durará este espectáculo. A vivir cada charco del camino.