El aspirante republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney, decidió el 1 de agosto que su candidato a vicepresidente sería Paul Ryan, pero logró mantener en secreto su elección durante 10 días con tácticas de película.
Beth Myers, la asesora de Romney que supervisó el proceso de selección del candidato, contó a los periodistas cómo consiguieron que la noticia de que Ryan era el elegido no se conociera hasta muy pocas horas antes del anuncio oficial, según recoge hoy la prensa estadounidense.
Todo comenzó con una llamada telefónica a Ryan el 1 de agosto para que el congresista por Wisconsin y Romney se vieran cuatro días después, el 5 de agosto, en la casa de Myers, a las afueras de Boston (Massachusetts).
Ryan voló desde el aeropuerto internacional de Chicago, vestido con vaqueros, gafas de sol y una gorra de béisbol para no ser reconocido, a Hartford (Connecticut) y allí un joven llamado Curt, hijo de Myers, lo recogió en un coche alquilado para llevarlo hasta Boston. En casa de Myers, en su comedor, Romney y Ryan tuvieron una conversación privada de una hora de duración.
"Hablamos de cómo trabajaríamos juntos si llegáramos a la Casa Blanca y de cómo sería nuestra relación", explicó Romney el sábado a los periodistas que cubrieron su gira electoral por Virginia, según publica The New York Times.
A continuación Romney ofreció al congresista ser su candidato a vicepresidente y Ryan aceptó. La campaña había planeado desvelar el misterio sobre el "número dos" de Romney el viernes 10 de agosto en Nuevo Hampshire.
Pero el plan tuvo que ser modificado cuando se programó para ese mismo viernes una ceremonia en memoria de las víctimas del tiroteo en un templo sij de Wisconsin a la que Ryan había previsto asistir.
Se puso en marcha un plan B y se decidió que el anuncio se haría el sábado a primera hora en Norfolk (Virginia), al inicio de una gira en autobús de Romney por estados decisivos para ganar las elecciones del 6 de noviembre.
Tras asistir a la ceremonia por las víctimas del tiroteo en el templo sij, Ryan regresó a su casa en Janesville (Wisconsin), vigilada por reporteros, pero poco después se escapó por la puerta trasera, caminó por los densos bosques que rodean su propiedad y salió a una calle cercana, donde uno de sus asistentes lo esperaba en un coche.
"Conozco esos bosques como la palma de mi mano, por lo que no fue muy difícil caminar por ellos", reveló Ryan a los periodistas. La cuñada de Ryan se quedó en la casa familiar haciéndose pasar por su esposa, Janna, quien ya se había ido con los tres hijos de la pareja a Elizabeth City, en Carolina del Norte.
Hasta Elizabeth City llegó Ryan en un vuelo fletado desde Waukegan (Illionis) para reunirse con su familia en un hotel y con un grupo de asesores de Romney que lo ayudaron a prepararse para el acto del sábado.
A primera hora del sábado Ryan, los asesores y un agente del Servicio Secreto viajaron a Norfolk en coche para la presentación en sociedad del congresista como candidato a vicepresidente republicano.