Violencia de género
20 años de la ley contra la violencia de género: un antes y un después
El número de asesinatos por violencia de género ha descendido desde la aprobación de la ley.
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Este 28 de diciembre se conmemoran 20 años de la aprobación de la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, una legislación histórica que marcó un antes y un después en la lucha contra la violencia machista en España. La ley, impulsada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, fue aprobada por unanimidad en el Congreso de los Diputados.
Un antes y un después en la lucha contra la violencia machista
La ley surgió como respuesta al movimiento feminista que reclamaba medidas integrales para proteger a las mujeres maltratadas. Hasta ese momento, los crímenes de violencia de género eran considerados "homicidios con agravante por parentesco", y la condena máxima para estos delitos era de 15 años de prisión. Además, este tipo de violencia machista estaba tan normalizada en la sociedad española que se escuchaban frases como "si tu mujer es una guarra, le tienes que partir la cara".
El asesinato de Ana Orantes en 1997 por su exmarido tras denunciar públicamente la violencia que sufría, marcó un punto de inflexión en la conciencia del país. Fue un factor determinante para que, en 2004, se aprobara la ley que permitió visibilizar la violencia de género. La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, ha recordado a la víctima en redes sociales: "Hace 27 años, España asumió que la violencia de género no era un asunto privado, sino un problema de todos", ha señalado. También ha recalcado que la lucha contra la violencia machista aún no ha terminado: "20 años de una ley, 27 de un ejemplo y mucho por hacer. Ni un paso atrás".
Desde su promulgación, la Ley contra la Violencia de Género ha conseguido avances significativos. Más de 2 millones de mujeres han denunciado maltrato, algo impensable antes de la existencia de la ley que, también, facilitó la creación de una red de recursos especializados, como los juzgados de violencia de género, las casas de acogida y los centros de atención a mujeres. Del mismo modo, se instauraron medidas innovadoras como el número de teléfono 016, que ofrece atención a mujeres maltratadas.
Además, el número de asesinatos por violencia de género ha disminuido un 29% desde su aprobación, pasando de un promedio de 65,9 víctimas al año entre 2003 y 2012, a 52,4 anuales entre 2013 y 2022. Sin embargo, en 2024, un total de 43 mujeres han sido asesinadas por este tipo de violencia.
Consenso y unidad política
La conmemoración de los 20 años de la Ley contra la Violencia de Género también ha puesto de relieve la importancia del consenso político para continuar avanzando. Tanto el PSOE como el PP han resaltado la necesidad de renovar el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que actualmente enfrenta desafíos para su actualización.
La secretaria de Igualdad del PSOE, Pilar Bernabé, ha subrayado la necesidad de renovar este pacto para abordar las "nuevas violencias", especialmente las vinculadas con las tecnologías y con las relaciones entre las personas jóvenes, lo que hace necesario "seguir apelando a ese trabajo coordinado", pero sobre todo "combatir el negacionismo". "Mientras exista negacionismo sobre la violencia de género no podremos avanzar porque no existirá ese gran consenso que genera las grandes transformaciones", ha afirmado la secretaria.
Por su parte, Cuca Gamarra ha destacado que la lucha contra la violencia de género no es una cuestión de partidos, sino de avanzar unidos como sociedad. Este mensaje de unidad es esencial para avanzar en la erradicación de la violencia machista, un fenómeno que sigue presente y que necesita una respuesta coordinada y eficaz por parte de todas las instituciones.
Aunque la Ley Integral contra la Violencia de Género ha sido un avance crucial, aún quedan importantes desafíos por abordar. A pesar de los esfuerzos por ampliar la protección en las mujeres, están excluidos de la legislación los asesinatos que no ocurren en el contexto de una relación sentimental o las mujeres que se convierten en víctimas de violencia vicaria, donde el agresor asesina a los hijos de la víctima con el objetivo de hacer daño.
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