La segunda resurrección de Pedro Sánchez fue un poco antes, a mediados de 2018, cuando consigue con una moción de censura convertirse en presidente del Gobierno, el primero como consecuencia de esta figura parlamentaria que siempre había resultado un fracaso para los que la habían promovido. La primera resurrección había sido al ganar las primarias en su partido, después de haber tenido que dimitir por la presión de los principales dirigentes socialistas.
Aprovechó la moción de censura que le pusieron en bandeja... pero no convocó elecciones
El acuerdo entre los partidos de la moción era para que se convocaran elecciones cuanto antes, pero tras su nombramiento, Sánchez manifestó su voluntad de agotar la legislatura. Enseguida formó un gobierno de "ministras y ministros" que mostraban claramente sus intenciones y como escaparate de su política, con el experto en marketing político Iván Redondo en la trastienda. El problema es que tras la sorpresa inicial llegaron algunas decepciones, como Màxim Huerta o Carmen Montón. Pronto las críticas le alcanzan a él, por su manera peculiar de entender la política y los gestos. Se hacen recurrentes en redes sociales y conversaciones las parodias por el reiterado uso del avión oficial, sus cambios de opinión o la falta de explicaciones públicas.
Agenda electoral
Su agenda es un completo repertorio de propuestas que la oposición califica de puramente electoralistas: subida del salario mínimo, actualización de las pensiones con el IPC, exhumación de Francisco Franco… Sobre todo después de que no consiga aprobar los presupuestos pactados con Podemos. El 13 de febrero de 2019 los votos del Partido Popular, Ciudadanos, PDeCat, Esquerra Republicana de Catalunya, Foro Asturias y Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados tumbaron la propuesta del Gobierno de Presupuestos Generales del Estado para 2019. Sánchez se arriesga y convoca elecciones para el 28 de abril, antes de las europeas, locales y autonómicas programadas para un mes después, con el reclamo de evitar a la ultraderecha.
Ni con Ciudadanos ni con Podemos
Acierta y el PSOE se convirtió en la fuerza más votada en 15 de las 17 comunidades autónomas, y consiguió una mayoría simple en el Congreso y una mayoría absoluta en el Senado. También es el más votado en las elecciones europeas y en las locales y autonómicas, sobre todo por la división de los partidos de derechas y las sucesivas crisis de Podemos.
Estos resultados le hacen ser seleccionado, junto al primer ministro portugués António Costa, como representante de los socialistas europeos para liderar las negociaciones para consensuar los altos cargos de las instituciones de la Unión Europea.
No alcanza un acuerdo de investidura con Unidas Podemos —el "socio preferente" según Sánchez— ni se produce tampoco la abstención de los grupos parlamentarios Popular o de Ciudadanos, a la que apeló también Sánchez, y la investidura se rechaza por el Congreso de los Diputados en la segunda y definitiva votación el 25 de julio, con 124 votos a favor (123 del PSOE y 1 del PRC), 67 abstenciones (42 de Unidas Podemos, 14 de ERC, 6 de PNV, 4 de EH Bildu y 1 Compromís) y 155 en contra (el resto de diputados).
Los partidos vuelven a estar en modo elecciones, es decir, siguen en campaña, para la segunda repetición de elecciones en pocos años.
Frente a los independentistas, hasta ver los resultados del 10-N
Pedro Sánchez cambia sus mensajes y los modera para lanzarse a por los desencantados de Ciudadanos, consecuencia del no de Rivera a pactar con el PSOE. La campaña se basa en ver quién es el culpable de la repetición: una y otra vez se acusan de bloqueo político. El otro tema de competición electoral es Cataluña. Sobre todo con los disturbios provocados por los independentistas violentos tras la sentencia del ‘procés’ dominando la escena.
El vídeo, de uno de sus mítines electorales, resume en unos segundos todos los elementos de este convulso año lleno de cambios y rectificaciones, de intentos frustrados de una estabilidad imposible.
El 10 de noviembre Sánchez no consigue lo que pretendía con la repetición de elecciones. Se frena su progresión, se hunde Cs y suben PP y, en particular, Vox. Ahora sí, acepta inmediatamente un gobierno de coalición con Iglesias de vicepresidente. Y en otro de sus giros, se sienta a negociar con los independentistas de ERC, que tienen a su líder -Oriol Junqueras¬- encarcelado con sedición. Un ejemplo, lo que en campaña era un problema de convivencia en Cataluña se convierte en un problema político. Con ese cambio el PSOE se sienta a negociar con los independentistas.
¿2020 traerá el gobierno que fue imposible en 2019?
En medio de las negociaciones se movió rápido para que España organizara la Cumbre del Clima que Chile no podía albergar. Una ocasión más de sumar imágenes con líderes de todo el mundo. Le faltó con Greta Thunberg.
El año, uno más de su particular montaña rusa, termina sin conseguir ser investido presidente del Gobierno. Va camino de un récord que tiene Mariano Rajoy, el de jefe del ejecutivo más tiempo en funciones. Sánchez además añade los meses de ejercicio tras la moción de censura. Hasta ahora no ha ejercido el cargo por una elección normal tras unas elecciones.