La economía en Cataluña no se para, pero el miedo se ha impuesto en los negocios y los empresarios meditan mucho cada inversión. La creación de empresas ya perdía ritmo desde junio en toda España, pero las cifras indican que ese frenazo se ha acentuado en Cataluña.
Jaime Malet, presidente de la Cámara de Comercio de EEUU en España, afirma que ha habido un "parón en inversión" y el ministro de Economía Luis de Guindos se mostraba seguro de que no hay ningún inversor nacional o internacional que "vaya a ejecutar un proyecto nuevo en Cataluña".
El Banco de España es de los más pesimistas y alertaba de que si la inestabilidad continúa, la economía española podría dejar de crecer 2,5 puntos en los dos próximos años. Es decir, si continúa el conflicto, se perderían casi 30.000 millones de euros y la economía catalana entraría en recesión.
El Ibex 35 vivió el día después del referéndum su mayor caída desde el 'Brexit', y el paro de octubre subió en Cataluña más que en ninguna otra comunidad autónoma. Sólo se crearon 1.700 puestos de trabajo, una cifra que contrasta con la de Madrid, donde la afiliación a la Seguridad Social sumó cerca de 40.000 afiliados.
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, relacionaba estas cifras con la "inestabilidad" política.
La pregunta es, ¿afectará al consumo la crisis catalana? A las puertas de la campaña navideña, los centros comerciales advierten de que se vende un 20% menos. Los pequeños comerciantes dicen que la gente se piensa mucho más lo que compra.
El cava es uno de los productos con más connotación catalana, y hay clientes que dejan claro que no quieren un cava catalán. El boicot hace que bajen sus ventas y se quede en las bodegas.
Luis Pacheco, de la confederación de comercio de España, explica que ahora les cuesta más convencer a los consumidores de que compren cava catalán.
Sin embargo, debido al primer boicot que se hizo hace años al cava catalán, los españoles descubrieron los demás cavas: el de Extremadura o Valencia. Los productores de Almendralejo o Requena rechazan las campañas de boicot, pero explican que sus ventas no han hecho más que aumentar y este año algunas bodegas ya han vendido todo.
Sin embargo, el problema no sólo recae en el cava, el boicot amenaza al potente sector agroalimentario catalán que vende en España el 60% de su producción.
Por las redes sociales se ha distribuido una lista de productos catalanes para que se les haga boicot. Sin embargo, hay muchas de ellas que no son catalanas. Pacheco pide no caer en esa "catetada" de hacer boicot, ya que es "una medida injusta y desproporcionada". Además, considera que es "tirar piedras sobre tu propio tejado", ya que muchas de las materias primas de esos productos provienen de otras regiones de España.
Numerosas marcas catalanas amenazadas por el boicot se elaboran con productos que salen de Extremadura, como el tomate. De hecho, cada campaña da trabajo a un millón de personas en toda Extremadura.
José Luis Tena, director de corcho Extremadura, alerta de que cuando se hace boicot al cava catalán, también se les hace a ellos, porque los corchos de las botellas los producen en Extremadura y el vidrio, posiblemente, en otra región.
Por otro lado, en Internet también están las listas de productos sólo catalanes. Joan Guirado, periodista de El Mon.cat explica que el boicot se está produciendo a la inversa, y hay muchos ciudadanos en Cataluña que en lugar de comprar un Rioja, se deciden por un vino del Penedés. De hecho, desde la Generalitat se fomentan los anuncios en los que se invita a la gente a comprar productos locales.