Durante una visita al recién construido colegio público Josep Tarradellas, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha explicado que, "para su sorpresa como exministra de Educación", se ha enterado "de repente" de que la mayoría de los centros escolares de la región, al sacar la licitación de los catering, han incluido en él el precio de la vigilancia de la comida y el recreo posterior. Por eso, dichos centros quieren cobran a los niños que traen la comida de casa el coste de dicha vigilancia, ya que está siendo realizada por monitores de las contratas de catering.
"Esto, sin duda, es algo que correspondería hacer, en mi opinión, a los profesores, porque está dentro de su horario. Pero hay contratos en vigor y la mayoría han encontrado muy cómodo que se sufrague con el catering la vigilancia de los recreos. Vamos a resolver esos contratos de la mejor manera posible", ha indicado.
Aguirre, que ha señalado que sus dos últimos años de colegio comió de 'tupper', ha afirmado que con el cambio de dichos contratos "no habría que cobrar nada al que viene con el 'tupper'".
"La vigilancia del recreo corresponde al profesorado y no a la empresa de catering. Esto significa que nosotros vamos a resolver por el procedimiento de que vigile quien corresponda", ha reiterado.
La consejera de Educación, Lucia Figar, que ha acompañado a la presidenta durante la visita al colegio, ha señalado a los periodistas que van a intentar resolver esta cuestión este año, teniendo en cuenta de que los comedores escolares no empiezan a funcionar hasta octubre.
De momento, serán los consejos escolares de cada centro los que decidirán cómo actuar. En la Comunidad de Madrid hay entre un 60 y un 65 por ciento de los colegios utilizan comedor porque no tienen horario intensivo.
