El líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, presentará el próximo sábado un informe de rendición de cuentas ante la Asamblea Político y social de su coalición, en el que hace autocrítica y reconoce que existen insuficiencias en su alianza con Podemos, incluida la "notable ausencia de una justa visibilidad".
Así se destaca en uno de los bloques de ese informe anual, que ha sido coordinado por Garzón y que recoge la evaluación de los miembros de la dirección colegiada tanto de su trabajo parlamentario como de su estrategia política.
El documento no pone en cuestión la "alianza en sí" con Podemos, de la que dice que ha consolidado un fuerte espacio de izquierdas en el Congreso y que el "saldo global" es satisfactorio, si bien avisa de "signos que alertan de sus insuficiencias", que hay que corregir.
Entre ellos, señala la injusta "visibilidad mediática" del trabajo parlamentario de Izquierda Unida con iniciativas "de calado", como el impulso a la comisión de investigación del rescate bancario, la propuesta de la ley de eutanasia o su protagonismo en la tramitación de los presupuestos generales.
Sin embargo, admite que la mayoría de ese trabajo "tiende a difuminarse bajo el rótulo de Podemos" y que iniciativas que son exclusivamente de IU terminan siendo asignadas a sus socios morados por "el tablero de juego mediático".
No es la única carencia señalada por el equipo de Garzón en su balance de gestión. Afirma también que debido a los problemas internos de Podemos, hasta el pasado mes de febrero -es decir, durante la etapa en la que el portavoz en el Congreso era Íñigo Errejón- "la lógica del grupo estuvo marcada por la opacidad y la falta de generosidad", lo que "perjudicó los intereses de IU".
No obstante, explica que desde entonces y tras la reestructuración del grupo parlamentario, que se produjo después de la victoria del equipo de Pablo Iglesias en Vistalegre II, la situación "ha mejorado" salvo algunas dificultades de coordinación. Igualmente, resalta los problemas que conlleva que el reparto de iniciativas se haga por número de diputados y no de votos.
Eso deriva en que a IU le corresponde el 7% de las propuestas cuando el porcentaje sería del 24% si se repartiera en función de los votos. El documento apuesta por visualizar las diferencias ideológicas con Podemos, "no sólo por no faltar a la verdad, sino también porque hay un espectro político que simpatiza con las propuestas de IU".
Y una de las principales conclusiones del informe es la necesidad de potenciar el perfil propio de IU -de izquierda y desde la radicalidad democrática-, sin que esto sea un obstáculo para construir el bloque social y político por el que aboga la coalición.
Garantizar ese lugar propio es, según el coordinador federal, una forma de aumentar su espacio político, "de momento insuficiente", y de "revertir" el "desgaste" detectado en el "espacio de Unidos Podemos".
Otra crítica que incluye el informe es que Unidos Podemos haya sido "incapaz" de ganar terreno entre el electorado de izquierdas, pese al PSOE ha estado seis meses sin líder tras haberse abstenido en la investidura de Rajoy.
Algo que atribuye a diversas razones, entre las que no descarta las "diferencias internas" en Podemos, la pérdida de credibilidad tras las elecciones generales de 2015 y su menor visibilidad. "La cuestión es que algo está fallando y tenemos que corregirlo", asegura.
Entre las carencias de Unidos Podemos también apuntan que no está operando como un espacio político "que vaya más allá del Parlamento". Creen que la formación de Pablo Iglesias ha optado por "la constitución de un partido político clásico" y que eso les aleja de la construcción de un movimiento político y social y de la propia estrategia de IU.
El documento aboga también por repetir las candidaturas municipalistas de unidad, alejadas de las tradicionales estructuras de partidos políticos, para las próximas elecciones de 2019.
Lamenta las "filtraciones" o declaraciones de dirigentes de Podemos que "lanzan globos sonda sobre quiénes deberían ser los representantes públicos de esas candidaturas", lo que califican como un "error" y un "retroceso". Una clara alusión a noticias como las que sitúan a Errejón como posible candidato para la Comunidad de Madrid.
En el repaso que hace Garzón de los acontecimientos políticos que sucedieron a la irrupción de Podemos en 2017, admite que el "terremoto" que originó también afectó como un "mazazo" a IU hasta el punto de que los problemas internos que arrastraban les hicieron entrar en un "círculo vicioso de enorme peligro".
Recuerda en este contexto que la intención de voto de su formación, que era del 8,5% en 2013, se desplomó un año después hasta el 3,7% e incluso algunas encuestas privadas la llegaron a situar en el entorno del 2%. Eso explica la decisión que tomó la dirección de IU, muy contestada por algunos sectores internos, de concurrir a las elecciones del 26 de junio en coalición con Podemos, después de que en las del 20 diciembre lograran solo dos escaños frente a los once que tuvieron en las generales anteriores.
Les fue mejor bajo la el paraguas de Unidos Podemos, al tener ocho diputados en el grupo de Unidos Podemos, aunque la marca perdió 1,2 millones de votos con respecto de la convocatoria de diciembre. En todo caso, el coordinador federal deja claro en su balance de gestión que tanto el espacio político de IU como la propia organización depende de ellos mismos, aunque se vean influidos por el juego que hagan otras fuerzas.