11M

Alfonso del Álamo, jefe de Emergencias en el 11M: "Pudimos con el monstruo"

Tenía la responsabilidad de gestionar el operativo sanitario en el peor atentado que se ha vivido en España: "Fue como bajar a los infiernos de Dante". Reconoce que su gran miedo era "que la situación nos derbordara y hacerlo mal".

Atocha tras la primera explosión

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Unos 70.000 sanitarios ayudaron a las víctimas del 11M en las estaciones de Atocha, Santa Eugenia y de El Pozo. Alfonso del Álamo era el director general de Emergencias y Protección Civil de Madrid por aquel entonces y se encargó de gestionar el operativo de sanitarios, policías y bomberos. Fueron las 42 horas más largas. La primera bomba le sorprendió preparándose para ir a trabajar. Una vez llegó a Atocha "fue como bajar a los infiernos de Dante". Pone en valor la "conexión entre los uniformes (sanitarios) y las corbatas (políticos)" actuar rápidamente y resume aquel día: "El 11M fue el Leviatán de las emergencias, pero pudimos con el monstruo"

El 11 de marzo de 2004 para Alfonso del Álamo era otro día cualquiera, como para todos los españoles, recuerda en una entrevista a la agencia EFE: "Estaba preparándome para ir a trabajar". Pero se convirtió en un día negro: "Eran las 7:45 y recibí una llamada del jefe de bomberos. Me dijo que había habido una bomba en la estación de tren de Santa Eugenia". Poco después recibió otra llamada "del jefe del Samur y me dijo que había otra explosión en Atocha. Yo le dije que no, que era en Santa Eugenia".

La confusión era total y la tercera explosión le pilló en el coche: "Me vuelven a llamar y me dicen que hay otra explosión en la estación del Pozo". Por entonces, el caos se había apoderado de Madrid.

A las 8:00 llegó a Atocha y sobre sus hombros caí la responsabilidad de gestionar el mayor atentado de la historia de España cuando llevaba en el puesto tan solo seis meses. "Lo primero que me llamó la atención es que no había sonidos, estaba paralizado. Un lugar que es ruido, movimiento, jaleo de gente... y se veía la neblina de las explosiones". A medida que entró en la estación, describe el momento de ver la tragedia como "bajar a los infiernos de Dante".

"¿Pero qué es esto?"

"Lesiones pulmonares, amputados...Eran lesiones vitales", explica sobre el estado de las personas en las vías y pone en valor que "los servicios de Emergencias salvaron vidas de una forma clara". Aunque nadie estaba preparado para enfrentarse a un atentado que acabaría con la vida de 192 personas. "La sensación era de decir: ¿Pero qué es esto?",

Destaca que tuvieron "suerte" porque la hora en la que se produjeron los atentados coincidían los dos turnos de noche y mañana: "Teníamos el doble de la plantilla que hubiéramos tenido a mediodía". El jefe de Emergencias recuerda que "se activaron todas las ambulancias, hasta las que estaban en talleres con algo roto. Todas a la calle".

Del Álamo pone en valor "la conexión entre los uniformes y las corbatas", es decir, la relación de los servicios médicos con la clase política. Menciona dos aciertos del Ayuntamiento aquel día: "La elección de IFEMA para las víctimas y habilitar el teléfono 112 para las familias afectadas".

El miedo a "hacerlo mal"

"El miedo era encontrarte con algo que te desbordara, que lo hicieras mal. Ese fue mi primer gran miedo". Del Álamo rememora ese momento de reflexionar con la tragedia que tenía ante sus ojos: "¿Yo me tengo que hacer responsable de esta situación? No voy a ser capaz". Y por ello se deshace en halagos a su equipo: "Estaban entregados, maravillosos, profesionales, con una gran piedad además de calidad profesional".

Veinte años después tiene claro que "el 11-M fue el Leviatán de las emergencias, pero pudimos con el monstruo".

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