La presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha elogiado el trabajo parlamentario y la necesidad de buscar consensos entre los grupos políticos, algo que a su juicio se está logrando en lo que va de legislatura aunque en ocasiones lo eclipsen "algunas payasadas de turno".
Pastor ha hecho esta reflexión durante la conferencia que ha impartido en el diario La Razón y el coloquio posterior, que ha aprovechado para tratar asuntos de actualidad, como la declaración institucional sobre la situación en Venezuela que la Cámara que preside no ha podido leer debido a la oposición de Podemos. Se ha limitado a decir que le gustaría que esa declaración sea un hecho.
También se ha referido a los últimos acontecimientos de Murcia, pero no tanto a la dimisión de Pedro Antonio Sánchez como a la actitud de Ciudadanos, al que, sin nombrarlo, ha pedido "coherencia", tanto en lo que le toca "de cerca como en lo que no". Pero su acento ha estado en el elogio del trabajo parlamentario desarrollado en la presente legislatura, que no ha cumplido aún el primer año.
Pastor ha dado algunos números para ilustrar esa "intensa actividad parlamentaria": diez reales decretos-leyes, 90 proposiciones de ley o las nueve subcomisiones creadas para asuntos de envergadura y actualidad. También ha mencionado algunas medidas, entre ellas el techo de gasto o el acuerdo acerca del bono energético, y todo para valorar que "la búsqueda de consenso no es sólo un objetivo, sino una necesidad" y que los acuerdos, siendo "siempre útiles", ahora se antojan "imprescindibles".
Para la presidenta del Congreso, que haya "un Parlamento fragmentado" no puede verse como un obstáculo para conseguir pactos, sino como una oportunidad, y así, ha hecho un llamamiento a pensar en las generaciones futuras antes que en las próximas elecciones.
El claro elogio que ha hecho Pastor de la dinámica de la vigente legislatura, la XII, se ve "velado" por "algunas payasadas de turno". Si un elemento ha de funcionar como engranaje entre los grupos, en el Parlamento, y de éste con la sociedad, es el respeto, y respeto esencialmente a los derechos de los ciudadanos, toda vez que "algunos parece que lo han perdido por el camino".
Según ha subrayado, la de España es una historia "de éxito", de solidez de las instituciones y de "lucidez" de quienes sentaron las bases de La Transición y de la democracia, pues vencieron las diferencias derivadas de sus "distintos signos políticos". No es precisamente la Transición "un ciclo aislado", sino el comienzo de un "círculo virtuoso" y de un "camino de reconciliación, libertad y progreso" presentes en la propia Constitución.
Pastor, además, ha descrito tres grandes retos que enfrentar, uno de ellos el populismo, o en otras palabras, "las manipulaciones populistas". Con el fin de doblegarlo, ha abogado por centrarse en la propia democracia española, en su funcionamiento, en esta "democracia representativa" que limita el poder mediante "dispositivos institucionales destinados a controlarlo y desconcentrarlo".
Frente al "modelo asambleario", la presidenta del Congreso ha hecho un llamamiento a la pedagogía, a "explicar a los ciudadanos que ningún modelo ha logrado tanta eficacia" como la democracia representativa. Al mando de ella Pastor ha demandado "hombres y mujeres de conducta ejemplar".