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JUICIO CONTRA HOMS EN EL TRIBUNAL SUPREMO
Artur Mas defiende que lo que se celebró el 9-N no fue su consulta sino un 'proceso participativo' hecho por volutarios
El expresidente de la Generalitat de Cataluña, que ha declarado esta vez como testigo, ha argumentado que la única similitud entre su convocatoria y el proceso participativo es que ninguna de las dos tenía consecuencias jurídicas, "aunque evidentemente sí consecuencias políticas". A partir de ahí todo lo demás eran diferencias entre una convocatoria y otra.
El expresidente de la Generalitat de Cataluña Artur Mas ha señalado en el Tribunal Supremo las diferencias entre la consulta del 9-N convocada por su Gobierno y que fue suspendida por el Tribunal Constitucional y el 'proceso participativo' que se acabó celebrando y que no hubiera sido posible sin los 42.000 voluntarios y los 942 ayuntamientos catalanes que participaron en el mismo. Mas se ha explicado de este modo al inicio de su declaración como testigo en el juicio que se sigue contra el exconseller de Presidencia y actual diputado del PDeCat Francesc Homs, para quien la Fiscalía pide nueve años de inhabilitación especial para el ejercicio de cargos públicos electivos por delitos de prevaricación y desobediencia al organizar la consulta, que había sido suspendida por el Tribunal Constitucional (TC).
Antes de que comenzara a hablar, el presidente del tribunal Manuel Marchena ha advertido a Mas que, aunque venía como testigo, y dado que ha sido juzgado por los mismos hechos por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), estaba eximido de prestar juramento y podía evitar contestar a las preguntas que considerara que podían perjudicarle en su estrategia de defensa.
Mas ha señalado que la primera respuesta del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuando fue suspendida la convocatoria inicial en septiembre de 2014 fue de "desprecio y burla". La única similitud entre dicha convocatoria y el 'proceso participativo', según ha explicado, es que ninguna de las dos tenía consecuencias jurídicas, "aunque evidentemente sí consecuencias políticas". A partir de ahí todo lo demás eran diferencias entre una convocatoria y otra.
El expresidente de la Generalitat ha alegado que antes de la consulta "nadie dijo que podría ser un gran delito, como parece ahora". La declaración de Mas se ha centrado en que la prohibición de la consulta alternativa que hizo el Constitucional, la que supuestamente desobedeció Homs (y él también, pues ha sido juzgado por ello ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña) fue demasiado genérica como para poder cumplirla.
Mas ha declarado que "la providencia que suspendía aquella consulta alternativa" del 9-N, la que supuestamente incumplieron él y Homs, "no era clara en cuanto a qué debíamos impedir o suspender -ha dicho-. Y eso tenía importancia, dado que era ya un proceso en manos de 42.000 voluntarios". La declaración del expresident, que ha comparecido durante 22 minutos, ha tenido otro elemento clave. Ha recordado que tras una primera prohibición de la consulta por el TC, su gobierno puso en marcha otra cosa, un proceso participativo en manos de voluntarios muy diferente de la primera convocatoria.
Aun así, el 4 de noviembre, pocos días antes de la celebración de ese proceso alternativo, recibieron un correo electrónico y luego una providencia del TC. Su alcance no fue claro para el Govern ni tampoco para asesores como el que fuera vicepresidente del alto tribunal, Carles Viver. Por eso presentaron un recurso ante el Supremo, "porque entendíamos que había un abuso de poder", y también una petición aclaratoria expresa ante el Constitucional, ha dicho.
"Y la única comunicación que recibimos, en un período que ocupó más de un mes desde que pusimos en marcha la consulta alternativa y hasta el día final, fue la providencia del TC. Nadie más nos requirió nada, nadie actuó. Ni fiscales, ni jueces de guardia, ni ningún tribunal, ni mucho menos el propio Constitucional", ha señalado. Eso sí, ha recordado, la Generalitat comprobó que el Constitucional no había aceptado la petición del abogado del Estado de apercibirles de que podían estar cometiendo un delito de desobediencia.
Las tesis de Mas han sido refrendadas por el que fuera vicepresidente del Tribunal Constitucional, Carles Viver, quien ha declarado que se reunió con Homs el propio día 4 de noviembre, por la mañana, y le indicó que la prohibición emitida por el alto tribunal era demasiado genérica. "Le dije que debía obedecer la providencia que suspendía, pero que, honestamente, no podía decirle cuáles eran las actividades que había que suspender. Porque era una providencia enormemente genérica, sobre todo teniendo en cuenta que era un proceso en manos de voluntarios", ha dicho Viver.
"Y por eso le aconsejé que pidiese una aclaración al TC, con lo que así demostraría la voluntad de cumplir, porque no sabíamos, y no sé ahora, si la Generalitat debía emplear a los mossos, o dejar de informar del proceso o desconvocarlo explícitamente... ¿Qué hacíamos con la web? ¿Con los contratos?", se ha preguntado.
Otros testigos de la defensa han remachado la misma tesis. Uno de ellos, Albert Lamarca, inicialmente propuesto como perito, ha levantado los recelos del tribunal cuando ha querido hacer una disertación sobre derecho constitucional. "Pese a que la Sala le escucha con enorme atención, recuerde que no hemos aceptado el peritaje jurídico", le ha dicho el presidente, Manuel Marchena, tras reprenderle por intentar "dar una clase" al tribunal.
Mas ha llegado al Supremo acompañado de un grupo de personas, unos quince minutos antes de que comenzara su comparecencia. Dos hombres le aguardaban para gritar contra él lemas como "sedicioso" o "España nos roba y luego sois millonarios". "Usted sabe que, como está imputado en otro procedimiento relacionado con estos hechos, ello le exime de responder a la preguntas que usted considere que puede perjudicar a su defensa", le ha recordado el presidente del tribunal, Manuel Marchena al comienzo. Luego le ha despedido deseándole feliz viaje, a lo que Mas ha respondido: "Feliz juicio".
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