Así se gestó la remodelación del Gobierno de Pedro Sánchez

El sábado 10 de julio, a primera hora de la mañana, los teléfonos de muchos miembros del Gobierno empezaron a sonar. Una de las principales llamadas que se hicieron desde Moncloa fue la recibida por Félix Bolaños, encargado, entre otras cosas, de la operación de exhumación del cadáver de Francisco Franco. En ella se le comunicaba, horas antes del anuncio oficial, que pasaría a ser el nuevo ministro de la Presidencia.

También sonó el móvil del hasta hace dos días ministro de Transportes, José Luis Ábalos, uno de los tres miembros del núcleo duro de Sánchez y que, según todas las quinielas, apuntaba a un cambio de Ministerio. La llamada, no obstante, fue para comunicarle que el presidente no contaba con él en el 'rearme' del Ejecutivo de cara a la segunda parte de la legislatura.

Curiosamente, Sánchez estuvo departiendo con Ábalos acerca de esta remodelación, pero el jefe del Ejecutivo nunca le comentó sus intenciones. Hoy, en su discurso de despedida, Ábalos no ha hecho mención a Sánchez.

La llamada de Sánchez a Yolanda Díaz

La otra gran sorpresa de esta operación, además del adiós de Carmen Calvo (otras de las 'fieles' de Sánchez), fue la salida del todopoderoso director de Gabinete Iván Redondo. En torno a su marcha hay dos versiones: que él mismo pidió abandonar el cargo voluntariamente y que solicitó ser ministro de la Presidencia y Sánchez no se lo concedió.

El viernes 9 de julio hubo otra llamada telefónica de enjundia: la de Sánchez a Yolanda Díaz, nueva vicepresidenta segunda del Gobierno. En esa conversación el jefe del Ejecutivo y la ministra de Trabajo acordaron que la remodelación no afectaría al ala de Podemos, ni siquiera al ministro de Consumo, Alberto Garzón, en el centro de todas las críticas por sus declaraciones sobre el consumo de carne.

La moción de censura en Murcia, origen de todo

La reestructuración del Gobierno tiene su origen en la doble moción de censura, fallida, que PSOE y Ciudadanos intentaron en Murcia. Eso precipitó las elecciones en la Comunidad de Madrid, en las que el PP de Ayuso arrasó y el PSOE de Ángel Gabilondo cosechó unos muy malos resultados.

Sánchez terminó de perfilar su nuevo Gabinete la semana pasada, durante su viaje a Estonia, Lituania y Letonia. Ahí decidió, para sorpresa de todos, que prescindiría de su núcleo duro: Carmen Calvo, Ivan Redondo y José Luis Ábalos.

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