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LLEGÓ EN 2015 AL HEMICICLO
Barberá pasará a sentarse en el Grupo Mixto en el Senado
Al continuar con el escaño mantendrá el aforamiento y su caso seguirá en el Tribunal Supremo en vez de volver al juzgado de Valencia que lleva el asunto. La exalcaldesa no ha perdido el aforamiento ni un día desde que llegó al Senado en julio de 2015, ni siquiera con la Cámara disuelta en los dos periodos electorales que ha habido desde entonces, porque el PP la ha mantenido en la Diputación Permanente.
La exalcaldesa de Valencia Rita Barberá mantendrá su escaño en el Senado, pero tendrá que pasar a formar parte del Grupo Mixto una vez que se ha dado de baja como miembro del PP al abrir el Supremo una causa contra ella por el 'caso Taula', el supuesto blanqueo de capitales a través del PP en el Ayuntamiento de Valencia.
Ahora compartirá escaño en las últimas filas del hemiciclo con 16 senadores de diez partidos políticos: cuatro de Convergència, tres de Ciudadanos, dos de Compromís y uno, respectivamente, de UPN, Coalición Canaria, Nueva Canarias, Agrupación Socialista Gomera y Agrupación Herreña Independiente, de Foro y de Bildu.
Si se decide a acudir al Senado, estrenará su nueva situación en el Pleno del próximo 27 de septiembre.
Al continuar con el escaño mantendrá el aforamiento y su caso seguirá en el Tribunal Supremo en vez de volver al juzgado de Valencia que lleva el asunto. La exalcaldesa no ha perdido el aforamiento ni un día desde que llegó al Senado en julio de 2015, ni siquiera con la Cámara disuelta en los dos periodos electorales que ha habido desde entonces, porque el PP la ha mantenido en la Diputación Permanente.
En la nueva legislatura que arrancó en julio, se da la circunstancia de que este órgano es el único que aún no se ha constituido. Barberá llegó al Senado en el mes de julio del año pasado al perder la alcaldía del Ayuntamiento de Valencia tras las elecciones municipales de mayo.
Había terminado una larga carrera en la política local, con 24 años como regidora de su ciudad, y en la que pasó de ser la mejor alcaldesa de España, según proclamó Mariano Rajoy en mayo de 2015, a estar bajo sospecha de corrupción.
En el año y medio transcurrido desde aquella frase de Rajoy, la situación política de Rita Barberá se ha complicado hasta el punto de que buena parte del PP esperaba que hubiese dimitido ya para evitar estos meses de comentarios y críticas. Y desde que ayer el Supremo abrió causa contra ella, a esas peticiones de dimisión se sumó la reclamación a 'Génova' de que tomara una decisión.
Rajoy se ha pronunciado en pocas ocasiones sobre Rita Barberá en los últimos meses. En enero aseguró que la exalcaldesa estaba "absolutamente limpia" mientras un juez no dijera lo contrario, en febrero añadió que ella le había asegurado su inocencia y en marzo, pedía prudencia y "ser justos" con Barberá, contra la que no había ninguna causa.
El presidente del PP pasó después al silencio y es la actitud que ha mantenido desde que ayer se conoció el auto del Supremo.
Las Cortes Valencianas eligieron a Rita Barberá senadora por designación autonómica en julio de 2015. El Grupo Parlamentario Popular la situó nada más llegar como presidenta de la Comisión Constitucional, un cargo que mantuvo hasta que se disolvieron las Cortes en octubre por la convocatoria de las elecciones generales de diciembre.
También fue incluida entonces en la Diputación Permanente del Senado, el órgano que da continuidad al Parlamento cuando está disuelto o en vacaciones y en el que los partidos suelen situar a sus cargos más relevantes. Con el cambio de legislatura, en enero de este año, el PP volvió a hacerla miembro de este órgano.
El asunto no hubiera tenido trascendencia de no haberse visto Barberá implicada en el 'caso Taula'. Los miembros de la Diputación son los únicos que mantienen el aforamiento, condición que les impide ser juzgados por otro tribunal que no sea el Supremo y previa aprobación además por parte del Senado de un suplicatorio, de una retirada temporal de ese aforamiento.
La oposición interpretó entonces que el PP trataba de proteger a Barberá, algo que los 'populares' siempre han negado con el argumento de que si tiene que ser juzgada, lo será igualmente. El caso es que todos sus compañeros concejales del Ayuntamiento se vieron investigados en Valencia por un supuesto blanqueo de capitales y fueron llamados a declarar, mientras ella quedaba al margen.
El juzgado que llevaba el caso, el de Instrucción número 18 de Valencia, preguntó al Senado si Barberá efectivamente era miembro de la Cámara y recibida la confirmación, envió al Tribunal Supremo la parte relativa a la exalcaldesa.
Las Cortes se disolvieron en abril, porque se repitieron las elecciones generales en junio, y Barberá mantuvo el aforamiento como miembro de la Diputación Permanente. Ayer, con la XII legislatura ya en marcha, el Supremo abría causa contra la exalcaldesa.
El estallido del 'caso Taula' hizo que Rita Barberá desapareciera del Senado en los primeros compases de la XI legislatura, pero reapareció cuando comenzaron los Plenos, en marzo. Había dado ya una rueda de prensa defendiendo su inocencia y en los pasillos de la Cámara, rodeada de un enjambre de cámaras y periodistas, proclamó: "No me quiero esconder".
La senadora acudió a las cuatro sesiones plenarias de esa corta legislatura y se relacionó con algunos compañeros del PP, pero se quedó a una evidente distancia de la mayoría y de la dirección del Grupo Parlamentario.
Ahora, al darse de baja en el PP, la senadora tendrá que pasar a formar parte del Grupo Mixto. Compartirá escaños en las últimas filas del hemiciclo con los senadores de Convergéncia, de Ciudadanos, de UPN, de Compromís, de Coalición Canaria, Nueva Canarias y Agrupación Herreña Independiente, de Foro y de Bildu.
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