En su discurso con motivo del aniversario de la Constitución, Bono ha valorado que por primera vez en estos 33 años este acto se celebre sin la amenaza de los "malhechores de ETA" aunque ha recordado que lo más urgente ahora es solucionar el problema del paro y las "economías domésticas de los que peor lo pasan".
En su último acto oficial como presidente del Congreso, Bono ha agradecido al jefe del Ejecutivo en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, que haya dado a España "lo mejor" de sí mismo en tiempos difíciles. Al mismo tiempo ha deseado al próximo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, "acierto" en sus decisiones y que su "navegación" sea "fecunda y constructiva por el bien de todos", eso sí, con el apoyo de los adversarios políticos, "tan necesario en los momentos de adversidad".
El discurso de Bono ha estado centrado en pedir a los representantes políticos que busquen consensos en estos momentos, porque quien no arrime el hombro, ha advertido, "no va a estar a la altura política y moral que exigen los españoles más necesitados de solidaridad y ayuda". "Los muchos españoles que no llegan a fin de mes nos reclaman unidad; caminen juntos, pónganse de acuerdo, nos dicen de manera clara y contundente", ha advertido.
Ha insistido a los presentes en que, pese a los "torpes empeños" en exagerar sus diferencias, si siguen "unidos en lo esencial", con la Constitución como referencia, "hay esperanza y no podrá triunfar el fracaso". Ha recordado que el pasado 20 de noviembre los ciudadanos hablaron "con fuerza y nitidez", y reclamaron mayoritariamente un relevo en el Gobierno. "Es momento de una nueva mayoría", ha señalado Bono, quien ha aprovechado entonces para despedirse de Zapatero.
Con "profundo cariño" hacia el presidente en funciones, Bono ha dicho que Zapatero ha dado "lo mejor de sí en un tiempo muy difícil" y ha expresado su confianza en que "cuando la mar se calme, cuando la tempestad amaine" se podrá contemplar "en toda su dimensión" su obra como gobernante. También ha tenido Bono palabras y consejos para Rajoy -que le ha escuchado con semblante serio-, a quien ha deseado "acierto" en sus decisiones, el apoyo de sus adversarios en estos momentos de adversidad y una "navegación fecunda y constructiva por el bien de todos".
José Bono ha pedido a los gobernantes y los partidos políticos que se alejen de las "certezas absolutas" y de los "dogmas partidistas", así como del "ceremonial cortesano que busca más la adoración al jefe que el servicio a los ciudadanos". Ha sido al comienzo de su intervención cuando Bono ha recordado que éste es el primer aniversario de la Constitución que se celebra sin la amenaza de ETA, y ha aprovechado para señalar que gracias a "los partidos que han dialogado", a las fuerzas de Seguridad del Estado, a los jueces y a Francia, España ha acabado con esta "pesadilla".
En éste su último gran acto oficial antes de dejar la Presidencia del Congreso, Bono ha pasado a un plano más personal al señalar que se va "sin más pasión política que el cariño a su país", que deja este puesto "queriendo España". "No tengo, ni tuve, ni tendré complejos en confesarlo, frente a las críticas serenas o a las chanzas de bajo calibre intelectual o patriótico", ha dicho Bono. Con el presidente del Senado a su izquierda y con Zapatero y Rajoy a cada lado, Bono ha concluido insistiendo en pedir a todos que se pongan de acuerdo "para llegar más lejos, y para que nadie se quede en el camino".