Cumbre del Clima

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Cumbre del Clima

La Cumbre del Clima de Madrid se prolonga más que ninguna otra en 25 años y sigue sin acuerdo

La cumbre del clima de Madrid apura todavía las negociaciones para tratar de conseguir un acuerdo asumible por todas las partes

En resumen
  • Se espera que el acuerdo apueste por la necesidad de incrementar la ambición climática para poder cumplir con el Acuerdo de París
  • La ministra chilena Carolina Schmidt celebró un plenario informal al filo de la medianoche del sábado asegurando que quiere llegar a un acuerdo "consensuado"

La XXV Cumbre del Clima es la que más se ha prolongado en los 25 años de historia de esta citas. Pese a que, como es habitual, su cierre estaba previsto el viernes 13 de diciembre las maratonianas reuniones continúan desde entonces para tratar de lograr un acuerdo que por el momento no ha llegado.

Más allá de las 08:00 horas de este domingo 15 de diciembre, la prórroga de esta Cumbre, bajo Presidencia chilena pero celebrada en Madrid, se ha convertido en la más larga de todos los tiempos. De este modo, le quita el dudoso mérito a la anterior cita más larga, la de Durban en 2011.

Los negociadores de las delegaciones oficiales trabajan desde ayer para tratar de consensuar ese acuerdo, después de que los borradores planteados por la presidencia chilena de esta conferencia (COP25) fueran rechazado por un elevado número de países y criticado por observadores y organizaciones no gubernamentales.

La cumbre comenzó el pasado día 2 con la presencia en Madrid de más de cincuenta jefes de Estado y de Gobierno y responsables de numerosos organismos e instituciones internacionales, y estaba previsto que se hubiera clausurado el pasado viernes. Pero las reuniones se han sucedido durante el fin de semana y se han intensificado durante esta madrugada para tratar de salvar las principales diferencias, después de que la Presidencia chilena de la COP25 pidiera a la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que liderara esa mediación en algunos de los asuntos más espinosos.

Los principales escollos que están imposibilitando el acuerdo se centran en la ambición climática, ya que muchos países, liderados por la UE, inciden en la importancia de que todos los Estados que se han sumado al Acuerdo de París revisen al alza el próximo año sus compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (las llamadas Contribuciones Nacionales Determinadas).

También distancia mucho a las partes la regulación de los mercados de carbono (el artículo 6 del Acuerdo de París) y su ordenación en un sistema único y transparente que ordene el comercio de derechos de emisión de dióxido de carbono en todo el mundo.

Los problemas relacionados con los mercados de carbono se refieren a la doble contabilidad que algunos países quieren evitar y a la transición de los remanentes de derechos de emisiones que algunos Estados conservan del Protocolo de Kioto y que pretenden mantener en la transición al Acuerdo de París.

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