Se cumplen quince años desde que la Guardia Civil liberase a José Antonio Ortega Lara, funcionario de prisiones secuestrado por ETA el 17 de enero de 1996 y que estuvo retenido un total de 532 días, convirtíendose en el más largo de los secuestros de la banda terrorista a lo largo de su historia. Para su liberación exigió el reagrupamiento de sus presos en las cárceles vascas en vez del habitual rescate monetario.
La pista que condujo hacia el paradero de Ortega Lara llegó desde Francia en la que un mensaje hacía sospechar de Jose María Uribe-chevarría Bolinaga, quien finalmente resultó ser el carcelero del funcionario de prisiones. La Guardia Civil confirmó que tanto él como otras tres personas acudían diariamente a la nave industrial donde finalmente se encontraba el zulo de Ortega Lara.
A pesar de todo, no fue sencillo dar con su paradero porque dentro de la nave no había nada fuera de lo normal y Bolinaga se resistía al interrogatorio. Pero uno de los agentes se fijó en una de las piezas de la maquinaria y justo debajo de ella era donde estaba Ortega Lara quien, finalmente, volvió a ver la luz del día tras su largo secuestro.
Tres etarras secuestraon a Ortega Lara cuando regresaba de su trabajo. Los terroristas le introdujeron en el maletero de su coche y le transportaron a su zulo en un camión, escondido en dicha pieza de la maquinaria. Durante su retención, vivió bajo tierra en una superficie de dos por tres metros y una altura de un metro ochenta. Con problemas de visión y sin apenas luz, pasó su cautiverio sin poder leer y sufriendo la humedad que rezumaba del río Deba, que pasaba cerca, y padeciendo fiebres, hongos y diarreas.
Según su testimonio, debido a su cautiverio incluso pensó en suicidarse el 5 de julio, fecha de su aniversario de bodas, ya que nunca perdió la noción del tiempo. Pero cuatro días antes de dicho día, una operación llevada a cabo por 500 guardias civiles y coordinada por el juez Baltasar Garzón puso fin a su retención.
Azote de los posteriores gobiernos
Tras esto, Ortega Lara causó baja laboral en el cuerpo de funcionarios de prisiones y se convirtió en una de las voces más críticas por las políticas antiterroristas de los posteriores gobiernos. Durante la presidencia de Zapatero le acusó de negociar con la banda terrorista y de utilizar el proceso de negociación para restablecer su "maltrecha imagen de estadista incontestable".
El exfuncionario ha ampliado sus críticas al actual gobierno del Partido Popular, al que perteneció hasta mayo de 2008, acusándole de mantener la "hoja de ruta" pactada entre el PSOE y ETA y de olvidarse de las víctimas. Además, Ortega Lara ha negado que la banda terrorista esté derrotada porque, muy al contrario, ahora cuenta con financiación e información para conseguir sus fines.
