El abogado que defiende al parricida de Moraña (Pontevedra) ha modificado su informe final y ha trasladado su conformidad con los hechos relatados por el Ministerio Fiscal, quien mantiene que en julio de 2015 el padre hizo ingerir fármacos a sus dos hijas de 4 y 9 años de edad, antes de asesinarlas con una sierra eléctrica y un cuchillo.
En su intervención, el letrado ha modificado sus conclusiones y ha mostrado su conformidad con los hechos relatados, "al haberlo manifestado así en el acto de juicio oral David Oubel, de manera libre", y después de que hubiese pedido perdón y trasladase que "se arrepiente de los hechos".
Por su parte, el fiscal se ha ratificado en su informe final y ha confirmado su petición de la pena de prisión permanente revisable; lo que también ha sido secundado por la acusación particular, que aunque ha modificado su informe para quitar la acusación de "ensañamiento", solicita la misma condena.ç
Psicólogos ratifican que el parricida de Moraña tiene rasgos "narcisistas" pero no trastornos de personalidad ni amnesia
Los psicólogos que evaluaron al parricida de Moraña, David Oubel, con posterioridad al crimen de sus dos hijas, le han definido como una persona "narcisista" y con una autoestima "muy elevada" que cuando actuó no presentaba "ninguna nomalía, trastorno de personalidad, patología grave" ni amnesia temporal. Así lo han trasladado dos psicólogos en la segunda sesión del juicio que se sigue contra David Oubel en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, quienes han mantenido que no encontraron en el acusado rasgos de un trastorno de la personalidad "en si mismo" aunque presenta conductas "ciertamente desadaptativas"
En respuesta a las preguntas del abogado de la defensa, los psicólogos han reconocido también que "en los cuidados" que presentaban los cuerpos de las niñas se aprecia "una relación afectiva positiva" entre el autor de los crímenes y las víctimas. En concreto, han aludido a la administración de sustancias medicamentosas que "parece llevada por la intención de que las víctimas estuviesen dormidas, no ofreciesen resistencia o no sufrieses" y por el "trato cuidadoso de los cadáveres, cubiertos con una manta y en posición ordenada".