Los contrarios a la independencia ascienden al 50,5% y ganarían a los partidarios por 8 puntos porcentuales de diferencia (42%), según el último sondeo del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat. La cifra de 50,5% de los contrarios a que Cataluña sea un estado independiente es la más alta de la serie histórica del CEO (desde diciembre de 2014), pues hasta el presente el máximo estaba en el 50% registrado en junio de 2015.
Respecto al barómetro del pasado febrero, elaborado cuando aún no había estallado la pandemia de coronavirus, los detractores de la independencia suben del 47,1% hasta el 50,5%, mientras que los partidarios caen del 44,9% al 42%, el segundo peor registro (el primero fue un 41,1% en junio del 2017).
Por otro lado, un 50,4 % de los encuestados está de acuerdo en que los catalanes tienen derecho a "decidir su futuro como país votando en un referéndum".
Posible mayoría independentista
ERC se mantiene como primera fuerza política, pero el nuevo partido del expresidente Carles Puigdemont avanza, a pesar de no saber todavía cómo se presentarán los antiguos integrantes de CiU. A Esquerra le asigna el 22,1% de los votos, entre 33 y 34 escaños, y JxCat obtendría el 20,9% de los votos, entre 32 y 33 escaños.
El independentismo mantendría la mayoría absoluta en el Parlament por el incremento de entre 6 y 7 escaños de la CUP, por lo que sumarían hasta 74 parlamentarios, aunque no tengan la mitad de los votos. La alternativa de izquierdas, un pacto ERC-PSC-comunes, solo alcanzaría la mayoría absoluta en su mejor opción, con 68 diputados. El PSC lo sitúa como tercera fuerza, 17% y 24 escaños (7 más que ahora), seguido de Ciutadans, que pasa de la primera a la cuarta fuerza con el 14,4% de los votos y 19 escaños (pierde 17). Los comunes de Colau mejorarían ligeramente sus resultados respecto al 21-D con el 8,2% de los votos y entre 9 y 10 representantes (ahora tienen 8). El PPC reuniría los mismos escaños que la CUP, entre 6 y 7, y Vox entraría en el Parlament con entre 3 y 4 diputados.