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ASEGURAN QUE SE ESTÁN USANDO RESTOS DE HIDROCARBUROS

Ecologistas denuncian que la costa del Peñón se rellena con plástico contaminante

A la polémica del submarino británico "Tireless" en Gibraltar, se suma una nueva denuncia de los ecologistas y los pescadores españoles, quienes aseguran que las autoridades gibraltareñas rellenan con plásticos contaminantes la zona donde prevén construir un importante complejo residencial.

La asociación Verdemar-Ecologistas en Acción ha asegurado que los rellenos usados para la construcción de un espigón en la cala este del Peñón, donde las autoridades gibraltareñas tienen previsto levantar un complejo inmobiliario de lujo en terreno ganado al mar, incluyen material "contaminante" como el plástico o restos de hidrocarburos y similares.

A esto se suma otra denuncia por la destrucción de yacimientos arqueológicos andaluces, que se utilizan en Gibraltar para ganarle terreno al mar. Estas rocas de la cantera malagueña tienen gran valor histórico, pues son enterramientos de la época neolítica, que poseen hasta 7.000 años de antigüedad. Además la cantera funciona "sin un informe de impacto ambiental ni plan de restauración"  por lo que estrían destruyendo de manera irreversible la Sierra de la Utrera.

Los ecologistas insisten en denunciar, además, que los rellenos de escombros podrían ser causantes de la pérdida de arena en la playa de Levante, en el término municipal de La Línea de la Concepción.

Precisamente, es en esta zona donde el Gobierno ha anunciado que va a habilitar un nuevo caladero de pesca para los marineros de la Bahía de Algeciras afectados por el conflicto con la colonia, después de que las autoridades del Peñón lanzasen al mar 70 bloques de hormigón que les impide faenar al enganchar en estas piezas sus artes de pesca.

Por su parte, Reino Unido alega que los materiales son los comunes en estas obras.

El complejo que se prevé construir en Gibraltar, valorado en "más de un billón de libras", contempla la creación de aproximadamente 200 apartamentos, aparcamientos subterráneos, un puerto deportivo con capacidad para 300 barcos, un hotel de cuatro estrellas y 300 habitaciones, establecimientos comerciales y oficinas; según ha explicado el presidente de la organización conservacionista, Antonio Muñoz, que recuerda que llevan denunciado los rellenos de estas obras "desde hace 15 años".

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