La vacunación de las Infantas Cristina y Elena ha sido el último de muchos episodios de los que el rey Felipe VI ha tenido que desvincularse. Desde que llegó al trono, el monarca ha tomado algunas decisiones no siempre fáciles sobre sus hermanas y su padre para proteger la imagen de la monarquía española.
Ya en su primer discurso como nuevo rey, Felipe VI prometió ejemplaridad. "Una monarquía renovada para un tiempo nuevo", señaló el 19 de junio de 2014. Ese mismo día, sus hermanas dejaban de ser parte de la Familia Real y se convertían en familiares del rey.
El 'caso Noos', primer aprieto para Felipe VI
Y aunque no fue decisión suya, puesto que estaba establecido por decreto, entonces el escándalo Noos salpicaba a Cristina y a su marido, Iñaki Urdangarin. Finalmente, la infanta Cristinan quedó absuelta y Urdangarin fue condenado a cinco años de prisión.
Como consecuencia, el rey Felipe VI tuvo que tomar medidas, la más dura un año después de la sentencia, cuando revocó el título de Duquesa de Palma a su hermana. No obstante, doña Cristina asegura que fue ella quien lo solicitó diez días antes por escrito, aunque la Casa Real recibió esta carta con el título ya revocado.
Las finanzas de Juan Carlos I, segundo escándalo
Pero el Felipe VI tomó su decisión más dura hace un año, cuando anunció que renunciaba a la herencia de su padre. Lo hizo a raíz de las primeras investigaciones de la Justicia sobre una cuenta del rey Juan Carlos I en el extranjero. Cuando el caso vio la luz, el monarca también le retiró su asignación de 200.000 euros.
El caso dio paso a una sangría de informaciones comprometidas sobre las finanzas de Juan Carlos I, que en agosto de 2020 decidió trasladarse a Emiratos Árabes Unidos.
La vacunación de Elena y Cristina, el último aprieto para el rey
El último episodio se ha producido esta semana, cuando ha trascendido que las infantas Elena y Cristina se vacunaron contra el coronavirus en Emiratos Árabes Unidos. Apenas un día después, el monarca se desvinculó de la acción de sus hermanas.
