El Salón de Plenos del Ayuntamiento de Rentería (Gipuzkoa) ha celebrado esta tarde un acto de "recuerdo y reconocimiento" del policía municipal Vicente Gajate Martín y los concejales municipales José Luis Caso Cortines y Manuel Zamarreño Villoria, víctimas mortales de ETA, en el que el alcalde, Julen Mendoza (EH Bildu), ha pedido "perdón" a los familiares de los homenajeados y ha insistido en que "es tiempo de ponerse en la piel del otro".
"Si en algún momento este Ayuntamiento a lo largo de su historia o yo mismo, no hemos estado a la altura de las circunstancias, no os hemos acompañado correctamente a vosotros, a vosotras o a cualquier otro, o hemos dicho o hecho algo que pudiera haber añadido más dolor al que ya padecéis, pido perdón por ello, en nombre del Ayuntamiento y del mío propio", ha manifestado.
Asimismo, Mendoza ha pedido que este acto de recuerdo sirva para "ayudar a tener la imaginación que nos faltó durante tanto tiempo, a que unos y otros entendamos el sufrimiento que hemos generado y hemos obviado, a no tener miedo a escucharnos, a no tener miedo a cuestionar nuestras propias certezas".
"En definitiva, a ser un poco más humanos, porque de la situación de violencia del pasado, hemos llegado a deshumanizarlo casi todo, y toca ahora, en la situación de posviolencia del presente, humanizarlo hasta el infinito", ha añadido.
En el acto, que ha comenzado con el descubrimiento de una placa que el Ayuntamiento ha instalado en el interior del edificio consistorial en recuerdo de los concejales y trabajadores asesinados por ETA, han participado familiares de las tres víctimas de ETA.
Se ha leído un texto de la viuda de Vicente Gajate y se han escuchado las palabras de la viuda de José Luis Caso, Juani Pérez, y de la hija de Manuel Zamarreño, Naiara Zamarreño, quienes han destacado el miedo que sufrieron en aquellos años y han hablado del recuerdo que tienen de sus seres queridos asesinados.
"Tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco empezó nuestra particular tortura, todos los días llamaban a casa los terroristas vaticinando la más terrible de las muertes si no abandonábamos el País Vasco. Fue un cambio para él, la cosa se ponía serie.
Yo no le preguntaba cómo estaba, porque lo único que quería en ese momento era irme de aquí", ha indicado Juani Pérez. Por su parte, la hija de Manuel Zamarreño ha calificado a su padre de "cercano, curioso, luchador, salsero y optimista".
"Este es el espejo en el que hoy me miro, en el que me encanta reconocerme, si todavía estuviera aquí, seguro que no se saltaba un domingo sin comida familiar", ha dicho entre lágrimas, arropada por los aplausos de los presentes.
Con este acto, el Ayuntamiento guipuzcoano ha querido "dar continuidad al camino emprendido en el reconocimiento institucional de las víctimas de la violencia" del municipio guipuzcoano.