Cientos de personas siguen pidiendo en Alicante la dimisión de la alcaldesa, Sonia Castedo. El sábado, vecinos de la ciudad se manifestaron por las calles pidiendo a Castedo que se vaya. La alcaldesa anunció que no será de nuevo candidata a la alcaldía, pero los manifestantes no quieren ni siquiera que termine su mandato. Exigen que dimita por sus presuntas implicaciones en dos casos de corrupción.
La alcaldesa está imputada por prevaricación y tráfico de influencias en el llamado caso Rabasa y también por cohecho, tráfico de influencias y revelación de información privilegiada en el caso Brugal.
Enrique Ortiz es dueño de un holding de empresas dedicadas a la construcción, la promoción inmobilaria, gestión de suelos o servicios públicos.
Su fortuna es desorbitada en el año 2005 tuvo unos beneficios de más de 11 millones de euros. Su grupo se adjudicó el Plan Rabassa, el mayor proyecto urbanistico de la provincia de Alicante.
El empresario siempre ha tenido una relación ,muy cercana con los ediles de su ciudad. De hecho compró el Hércules club de fútbol a petición del antiguo alcalde Díaz Alperi. Cuando llegó Sonia Castedo al ayuntamiento la sintonía fue la misma. La alcaldesa está imputada junto con Ortiz por el caso Brugal, una trama de corrupción que definía el Plan General de Ordenación Urbana de Alicante. El fiscal le imputó delitos de cohecho, tráfico de influencias y revelación de información privilegiada. Estas conversaciones teléfonicas a las que Espejo público ha tenido acceso y según los investigadores lo demuestran: intenta comprar terrenos amañando a empresarios para enriquecerse con la obra pública.
Uno de cada cinco euros que gasta el municipio en contratas va a sus empresas y es el propietario del 70% del suelo urbanizable de la ciudad.
Ahora, Enrique Ortiz está en el punto de mira por su relación con la alcaldesa de Alicante. A ella le ha hecho varios regalos y tenía un trato de privilegio. "La relación con Castedo es buena, pero que al igual que con ella la he tenido con los demás alcaldes y personas con las que trabajo", apunta.
Asimismo, asegura que los regalos tanto a Castedo como a demás empresarios o políticos de todos los organismos "son regalos de Navidad". "Mirar con el prisma de hoy lo de hace años, nos sorprende, pero era algo normal hacer un regalo de Navidad", asegura.
Asimismo, añade que "hoy el regalo de Navidad es una tarjeta, pero hace años podía ser un jamón o un abrigo" y ve los regalos a políticos como algo habitual.
