La ausencia de fecha para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno tiene bloqueadas la capacidad legislativa y de control del Congreso, lo que ha generado en los grupos una fractura entre los partidarios de esperar lo que sea necesario hasta que haya Ejecutivo y los que consideran que el tiempo de "cortesía" para buscar apoyos se está agotando.
PP y Cs abanderan este último sector, y aunque aún no lo han planteado en la Mesa de la Cámara, fuentes de ambos grupos coinciden en que si avanza la primera semana de julio sin concreción de la fecha, pedirán iniciar el proceso de creación de las comisiones parlamentarias y la activación de la Diputación Permanente.
El PSOE prefiere esperar, al igual que Unidas Podemos, según fuentes de los dos grupos a las que ha consultado Efe, esgrimen el mismo argumento: "No tiene sentido formar las comisiones para tramitar iniciativas si no hay antes una estructura de Gobierno que permita adaptar dichas comisiones a los ministerios", apuntan.
Una fuente de un grupo nacionalista con el que hace poco se reunió la dirección del Partido Socialista afirma a Efe que "no hay ninguna prisa" para que comience en el Congreso la función de control. "Todo está parado", apostilla otra fuente parlamentaria. Cabe recordar dos aspectos.
El primero, que a raíz de una sentencia del Tribunal Constitucional está permitido ejercer control al Ejecutivo aunque se encuentre en funciones, y esto es algo que la propia presidenta del Congreso, la diputada socialista Meritxell Batet, señaló hace semanas. El segundo: los plazos.
El candidato socialista a la Presidencia y ganador de las elecciones, Pedro Sánchez, recibió el encargo del Rey para someterse a la investidura el 6 de junio, pero se acaba el mes y no hay todavía fecha.
Las cábalas no cesan, así que se habla del 8 de julio o del 16 de julio y está más o menos asumido que esperar a septiembre resulta utópico.
Sin embargo, los apoyos no están garantizados. Una fuente de la dirección del grupo popular advierte de que "el tiempo de cortesía institucional" concedido tras el encargo del Jefe del Estado está a punto caducar. Mientras tanto, el Congreso desarrolla una actividad de leve intensidad.
La legislatura ha comenzado, los grupos están constituidos, los diputados ocupan sus despachos y el registro de la Cámara recibe iniciativas, que luego la Mesa califica; además, se ha celebrado una Junta de Portavoces. Pero las comisiones parlamentarias permanecen aletargadas y no se prevén plenos, básicamente porque julio es inhábil. La opción es activar la Diputación Permanente.
Este estancamiento provoca que los grupos canalicen su actividad legislativa a baja velocidad: el PP ha registrado seis proposiciones de ley, Cs una, cuatro el PNV y una Vox. Unidas Podemos o ERC, por ejemplo, ninguna.
Son trece en total las que provienen de los grupos, más quince las que derivan de las comunidades autónomas y más cinco propuestas de reforma estatutaria. Todas en la nevera. Las proposiciones no de ley para su debate en el pleno, iniciativas de alcance político, se van acumulando despacio y suman cinco, entre ellas las del PP y Cs para instalar una EBAU única. Sí es cierto que las preguntas dirigidas al Gobierno para que responda por escrito van a buen ritmo, ya son 348, pero no constan las respuestas por ahora.
Diecisiete solicitudes de informes de la administración del Estado están en trámite, como lo están las peticiones de comparecencia, aunque en número testimonial: Unidas Podemos ha solicitado la del ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, ante el pleno, y Vox ha presentado una interpelación urgente al presidente en funciones por las "injerencias" de Emmanuel Macron en los pactos municipales. Ambas descansan en un cajón.
Son estos procesos y sus debates los que despiertan la política en el Congreso y producen una rutina frenética, pero sin Gobierno al que criticar o controlar la situación es un tiempo muerto, como en los partidos de baloncesto. Tiempos muertos es lo que quieren evitar PP y Cs si la investidura no llega. Fuentes del grupo "naranja" explican que, aunque en funciones, el Ejecutivo está aprobando medidas e inversiones que requieren de la supervisión del Congreso.
Apostillan que lo primero que harán, si la fecha no se anuncia, es pedir a la Mesa que inicie el procedimiento de creación de comisiones, esto es, determinar cuántos diputados las integrarán. Las fuentes citadas indican, además, que se pueden desbloquear las comisiones permanentes legislativas, 17, pues son más genéricas, y dar vía libre a las de Peticiones, Reglamento y Estatuto del Diputado, ésta clave para dilucidar si existen incompatibilidades con el cargo en las trayectorias profesionales de los parlamentarios.
El Congreso, entretanto, engrasa la maquinaria interna. La Mesa renovó el jueves órganos de gerencia como la Junta de Contratación o el servicio de publicaciones. Y los diputados aprovechan para decorar sus despachos a la espera de volver al hemiciclo, estos días vacío y silencioso.