La detención el miércoles de tres supuestos miembros de Al Qaeda es una prueba de que las fuerzas de seguridad españolas consiguen limitar los avances de una organización que aún busca su identidad tras la muerte el año pasado de su fundador, Osama bin Laden, según las citadas fuentes.
Dos días antes del arresto, el Departamento de Estado estadounidense advirtió en su informe sobre terrorismo en el mundo de la presencia activa en España de "extremistas violentos afiliados a Al Qaeda", quienes se manifiestan sobre todo en "redes de apoyo" a la organización.
"Afortunadamente, los servicios de seguridad españoles son altamente profesionales y han sido capaces de actuar de forma efectiva contra ese tipo de amenazas", dijo aun funcionario estadounidense, que pidió el anonimato.
Para el experto en terrorismo Daveed Gartenstein-Ross, lo que convierte la operación de esta semana en significativa es que fue "la primera" en la que se ha detenido a miembros de Al Qaeda con explosivos en España desde los ataques terroristas del 11 de marzo de 2004 en Madrid.
"Según parece, la trama llegó a la fase operativa", subrayó el analista, que trabaja para el Instituto para Política de Seguridad Nacional de Washington y ha seguido de cerca el operativo, con el que los dos chechenos y un turco buscaban supuestamente atentar en España o en cualquier otro país de Europa.
Según el experto, los detenidos podrían formar parte de una red coordinada por el brazo de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), que recientemente hizo un llamamiento para reclutar "operativos que hablaran español".
Esas señales demuestran que España "no puede quedar olvidada en las preocupaciones sobre las redes de apoyo de Al Qaeda que se infiltran en Europa", pese a que la red terrorista tenga, probablemente, una presencia más clara en Gran Bretaña o Francia, según dijo el experto en terrorismo Juan Carlos Zárate.
"Dada su localización y su historia de haber alojado a extremistas, hay un potencial constante en España como centro de operaciones para Al Qaeda", según Zárate, que fue asesor en terrorismo del entonces presidente de EEUU George W. Bush y trabaja hoy en el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS).
A la localización estratégica de España se suman sus raíces árabes, y el "intento de reconquistar Al Andalus" que forma parte de la retórica de Al Qaeda, que fundó su base teórica sobre "el concepto de la queja musulmana, de la guerra de Occidente contra el Islam", según Zárate.
"Esa retórica sí la escucha mucha gente, y es fácil de manipular hacia la violencia. Eso es lo que preocupa a los funcionarios antiterroristas en Europa", señaló el experto, quien cree que en España "los extremistas norteafricanos pueden infiltrarse fácilmente y buscar simpatizantes entre la diáspora de esa región".
Tanto Zárate como Gartenstein-Ross coinciden en que Al Qaeda ha encontrado crecientes dificultades desde los ataques del 11-M, pero también ven una voluntad de "persistencia" de la red terrorista en el país, pese a una presión y un escrutinio policiales constantes. "Después de la muerte de Bin Laden, la red funciona a través de células de apoyo. Tienes individuos que siguen comprometidos con las causas generales de Al Qaeda incluso si no están directamente vinculados a ella. Eso es difícil de enfrentar", explicó Zárate.