Cuatro de los cinco terroristas de Cataluña que fueron abatidos en Cambrils pararon por una gasolinera horas antes de llegar a dicha localidad. Allí compraron tabaco y encendedores y mostraron una actitud muy tranquila pese a que ya habían planeado la matanza.
La Policía supo que habían estado aquí porque dentro del coche encontraron tickets de compra, y además sospechan que con la muerte del imán en la explosión de la vivienda de Alcanar, los chicos cogieron las riendas y actuaron a la desesperada.
El plan inicial estalló al mismo tiempo que la vivienda de Alcanar pues se quedaron sin explosivos.
La opción B era cometer varios atropellos masivos de manera simultánea pero la tercera furgoneta sufrió un accidente en la AP7. Allí su conductor huyó a pie y 15 minutos después apareció en la gasolinera de Cambrils donde las cámaras de seguridad captaron incluso el sudor en su camiseta. Mohamed Hychami se habría convertido así en el líder de la célula tras la muerte del imán en Alcanar.
Él no consiguió su objetivo pero sí lo hizo Younes Abouyaaqoub, quien antes de las cinco de la tarde irrumpió a toda velocidad en Las Ramblas, donde asesinó a 13 personas.
Mientras Barcelona se movilizaba, una hora después, a 100 kilómetros, su hermano Houssaine apareció muy tranquilo en la gasolinera, donde conducía el Audi A3. Unas horas más tarde volvió al mismo lugar, pero esta vez acompañado de Moussa Oukabir, el menor de los terroristas y de Omar Hychami.
A Said Aalla, cuya tarjeta de crédito apareció en la tercera furgoneta, no se le pudo ver en la gasolinera, pero sí en un bazar, donde se puede ver por primera vez a todos juntos. Allí compraron un hacha y cuatro cuchillos y tres horas después atentaron en Cambrils.
