Los vecinos de Rasquera, un pueblo de tradición campesina y recolector de aceitunas, estudia acoger una plantación de cannabis como fuente de financiación pública.
Según los cálculos estimados, esta decisión aportaría un beneficio anual de 30.000 euros y crearia decenas de puestos de trabajo.
El proyecto surgió hace siete meses de la Asociación Barcelonesa Cannábica de Autoconsumo (ABCDA), una entidad con fines lúdico-terapéuticos, con unos 5.000 socios, que pretende alquilar tierras en este pueblo agrícola y marcado por la crisis.
Así, el pleno deberá decidir si aprueba, primero, el Plan de Acción Municipal 2012, de dinamización económica y social, y luego, deberá crear dos empresas públicas locales.
Estas empresas, que harán de mediadoras entre los propietarios de las tierras y la ABCDA, cederán el uso de los terrenos a la asociación para su uso particular, por lo que será como un banco de tierras y, además, darán seguridad medioambiental y jurídica con la creación de una Mesa de Seguridad con Bomberos, el Departamento de Interior, etc., ya que Rasquera no tiene Policía Local.