El exinterventor de la Junta de Andalucía Manuel Gómez Martínez ha declarado que los responsables del Gobierno andaluz hicieron oídos sordos y miraron para otro lado durante diez años con las irregularidades en las subvenciones de los ERE que su departamento les advirtió.
Manuel Gómez Martínez, que fue interventor de la Junta entre 2000 y 2010, ha realizado estas manifestaciones a los periodistas tras declarar durante tres horas y media ante el magistrado del Tribunal Supremo que instruye el caso ERE.
"En el exiguo marco de funciones que la Intervención pudo desarrollar a lo largo de diez años sobre esta materia emitió informes en los que puso de manifiesto irregularidades y deficiencias lo suficientemente graves como para que el Gobierno hubiera tomado medidas", ha destacado.
Ha añadido que sin embargo "durante diez años ha hecho oídos sordos y ha mirado para otro lado", pero "la Intervención en todo momento cumplió con su obligación legal de control".
Gómez Martínez ha explicado que pidió declarar en esta causa del Supremo porque se ha sentido "injustamente acusado por la personas que han declarado con anterioridad y que tenían las máximas responsabilidades en la Junta en ese periodo", entre los que se encuentran los expresidentes de Andalucía José Antonio Griñán y Manuel Chaves.
Y ha agregado: "Las insinuaciones y acusaciones veladas que han hecho de negligencia de la Intervención de la Junta no me afectan solo a mí sino que afectarían, de ser ciertas, que no lo son, a decenas de funcionarios de la Intervención General que durante el periodo en el que se está investigando cumplieron siempre con sus obligaciones legales de control".
"Creo haber demostrado esta mañana en mi declaración que en el sistema de gestión de las subvenciones de los ERE la Intervención General no tuvo nada que ver, no fue consultada, ni siquiera le fue comunicado cuando se puso en práctica, ni se la dotó de procedimientos adicionales de control", ha asegurado.
El exinterventor ha concluido diciendo: "Creo que cualquier observador imparcial de este fenómeno y de las declaraciones que se están produciendo estos días en este tribunal podría llegar a la misma conclusión que llegó el juglar y exclamar como lo hizo él: O Dios que buen vasallo si hubiese buen señor".