Podemos

El fin del bipartidismo: cómo Podemos irrumpió en la escena política

La irrupción del partido morado supuso el cambio de las normas del juego de la política nacional.

Pablo Iglesias, líder de Podemos

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El inicio de un proyecto, el inicio de un cambio que, hasta el momento, ha puesto en jaque a las políticas bipartidistas. El 17 de enero de 2014 Pablo Iglesias anunció su candidatura para las elecciones europeas de ese mismo año. Heredando el cántico del “sí se puede” del 15-M, el movimiento político fue bautizado como 'Podemos'.

El origen de este plan se dio una semana antes, cuando un conjunto de intelectuales alineados a la izquierda política publicó el manifiesto 'Mover ficha: convertir la indignación en cambio político', un ensayo que proponía las bases de las que Podemos emergería. El apoyo popular que recibió el proyecto superó con creces las expectativas. El 25 de mayo de 2014, Podemos obtuvo más de un millón de votos que se tradujeron en cinco escaños en el Parlamento Europeo, una mera previa de lo que vendría en el futuro.

El gran revuelo mediático de la figura de Pablo Iglesias en la televisión, el uso de las redes sociales como arma de persuasión, convirtiéndose en la fuerza política con mayor número de interacciones y seguidores, y el notable descontento de los electores por las políticas del PP y el PSOE durante sus administraciones, cambiaron las normas del juego.

Las siguientes elecciones generales dejaban clara la nueva realidad: para poder llegar al Poder Ejecutivo sería necesario pactar con los otros partidos políticos que obtuvieran representación en el Congreso de los Diputados.

En 2015, Podemos obtuvo 69 diputados, un jarro de agua fría para el PSOE que solo obtuvo 21 más por encima. La imposibilidad para formar gobierno debido a la falta de acuerdos obligó la repetición de elecciones en 2016, después de formar la coalición Unidos Podemos junto a otros partidos de izquierdas, obtendrían otro gran resultado quedándose a las puertas del “sorpasso” al PSOE.

El pulso entre ambos partidos concluyó cuando en 2019, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, a través del pacto del abrazo, acordaron la formación de un Gobierno central de coalición después de las elecciones del 10N, el primero en la actual democracia. Podemos lo había conseguido, estaba en el Gobierno, habían conseguido una vicepresidencia y cuatro ministerios, el pináculo del partido, su cima, el inicio de la caída.

En 2021, en el contexto de las elecciones autonómicas de Madrid, Pablo Iglesias dimitió como vicepresidente para encabezar las listas de Madrid, una jugada que le costó su liderazgo en el partido. Con tan sólo 10 escaños obtenidos para la Asamblea de Madrid, Pablo Iglesias dimite de todos sus cargos y deja la política de forma definitiva. Su legado político fue heredado por Ione Belarra, quién asumió el cargo de secretaria general de Podemos y ministra de Asuntos Sociales y Agenda 2030 España, y Yolanda Díaz quien ostentaría el puesto de vicepresidenta segunda. Un conjunto de decisiones que no fueron más que el inicio del fin.

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