El presidente de Francia, François Hollande, se ha visto obligado a pedir perdón a Argelia por la amplitud que estaba tomando una broma que pronunció en un discurso pronunciado el pasado lunes ante la comunidad judía francesa. En ese momento, en tono claramente distendido, Hollande aseguró que su ministro del Interior, Manuel Valls, acababa de regresar de Argelia "sano y salvo" y añadió, "lo que ya es mucho".
La broma fue bien acogida entre los miembros del Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia (CRIF), pero cayó muy mal entre la numerosa comunidad argelina de Francia y fue duramente criticado por la oposición.
En un comunicado publicado por la Presidencia francesa, Hollande lamenta "la interpretación que se ha hecho de esas palabras", al tiempo que señala que le trasmitirá su disculpa "directamente" a su homólogo argelino, Abdelaziz Buteflika. "Todo el mundo conoce los sentimientos de amistad que François Hollande tiene por Argelia y el gran respeto que profesa a su pueblo, como quedó probado en la visita de Estado que efectuó en diciembre pasado y en los discursos que pronunció", indicó el Elíseo.
La Presidencia calificó el asunto de "polémica sin fundamento". Las críticas se han cebado con Hollande desde que pronunció esa frase, tanto de la oposición conservadora como de la izquierda.
El presidente de la derechista UMP, Jean-François Copé, consideró en la red social twitter que esa broma "es indigna de la función presidencial". El líder neocomunista Jean-Louis Melenchon, por su parte, aseguró sentir "náuseas" por las palabras de Hollande pronunciadas en un contexto "de borrachera comunitarista".