Iñaki Urdangarin ha negado que la adjudicación a Nóos por un total de 300.000 euros de la gestión del proyecto de la oficina del equipo ciclista Banesto fuera "un peaje, una comisión de ningún tipo" sino que se buscaba "controlar perfectamente las cosas". "Nunca he sido un comisionista de nada", ha añadido. Además, ha negado que tras el partido de pádel celebrado en Marivent, le pidiera al expresidente del Govern, Jaume Matas, que le asignase la oficina de este proyecto.
"Nunca he sido un comisionista de nada"
Preguntado por lo que ganaba Nóos con este asunto, ha dicho que la gestión del proyecto se hiciese "muy bien" y, por lo tanto, "sería una inversión muy importante" para la Consultoría. Según ha dicho, Juan Pablo Molinero era la "persona ideal" para la realización de este proyecto.
Urdangarin también ha admitido que había empleados en Aizoon que él no conocía y que ha sabido de ellos durante este procedimiento judicial. "Había empleados que no he conocido que supongo que eran para llegar a estos números y baremos fiscales", ha declarado antes de asegurar que Miguel Tejeiro era el asesor "en estos temas". En respuesta a preguntas del fiscal, Pedro Horrach, el exduque de Palma ha declarado que durante el procedimiento ha "descubierto" que había trabajadores de Aizoon "que realmente no les he conocido, no sabía ni quiénes eran", ha reconocido.
"Había empleados que no he conocido que supongo que eran para llegar a números y baremos fiscales"
Según ha explicado, había trabajadores de Aizoon que desarrollaban labores profesionales para el objeto social de la entidad, otros que realizaban labores de mantenimiento o servicio, mientras que, además, existían unos terceros que "los he descubierto en este procedimiento y realmente no les he conocido. "Yo me dedicaba a lo que me dedicaba, tenía a unos asesores con estos temas, algunos empleados no sabía que estaban con nosotros", ha manifestado antes de añadir que el asesor en esta materia era Miguel Tejeiro.
En cuanto a la selección de los empleados, el exduque de Palma ha señalado que él elegía "a los que se dedicaban a proyectos", si bien no seleccionaba él a los que realizaban labores de servicios o los que "no he conocido". Además, ha indicado que desconoce si "pasaba lo mismo en otras empresas" y ha dicho estar "sorprendido" por haber tenido conocimiento de estos trabajadores con motivo del juicio del caso Nóos.
Urdangarin también ha apuntado que en el Instituto Nóos "existían personas que eran de sus empresas" y que trabajaban para Nóos cuando se requerían sus servicios "para un determinado proyecto". Asimismo, ha negado que el Instituto Nóos contratase a Nóos Consultoría ya que éste "tenía asociados, no empleados" y que se buscaba a los expertos para "desarrollar los proyectos e ideas".
"No sé si son facturas emitidas o abonadas, yo no me encargaba de eso"
Respecto a las facturas exhibidas por Horrach en relación al Valencia Summit, Urdangarin ha señalado que él no era el encargado de ellas. "No sé si son facturas emitidas o abonadas, yo no me encargaba de eso. Yo no soy conocedor de ellas", ha añadido. A esto, Horrach le ha preguntado que cómo es posible que un total de 400.000 euros de los 900.000 del canon del Valencia Summit acabaran en Aizoon y Urdangarin le ha respondido: "No lo sé, porque yo no era el administrador".
Urdangarin ha asegurado que su exsocio Diego Torres y él eran "dos personas con aproximaciones diferentes al Instituto Nóos, pero compatibles a la hora del trabajo". "Mi parte, es claro y evidente por mi trayectoria que es más el mundo del deporte y la relación con las personas", ha explicado Urdangarin para insistir en que era ajeno a las tareas de gestión del Instituto Nóos.
Iñaki Urdangarin ha iniciado a las 13.07 horas su declaración como acusado en el juicio del caso Nóos, en el que se sienta en el banquillo junto a su esposa, la infanta Cristina, y a otras 15 personas. Urdangarin, que se enfrenta a penas de entre 19,5 y 26,5 años de prisión, ha comenzado tras concluir la declaración de casi 27 horas durante cuatro días consecutivos de su exsocio en el Instituto Nóos, Diego Torres.