El notario que participó en la compraventa del Palacete de Pedralbes, Carlos Masía, quien el pasado mes declaró como testigo ante el juez instructor del caso Nóos, José Castro, puso de manifiesto que la Infanta Cristina "no quería firmar" ya que "no veía claro cómo se podía adquirir esa casa" y si la operación "era viable". "Era como si no se le hubiera justificado cómo se adquiría y cómo se pagaba", incidió al respecto.
En su comparecencia, el notario explicó que preparó la compraventa "bajo instrucciones" del excontable de Nóos Miguel Tejeiro, lo que llevó al fiscal Pedro Horrach a terciar: "Sin embargo, los que compraban eran Iñaki Urdangarin y su esposa, ¿no?". Según explicó, había "mucho nerviosismo" porque la Infanta "no lo veía claro" y "entonces el señor Tejeiro me dio instrucciones".
Tal y como recordó, Tejeiro le indicó que si la hija del Rey Don Juan Carlos preguntaba sobre la viabilidad de la operación, debía responder que "esto va a comisión ejecutiva, la Caja de Pensiones ya lo tiene aprobado". Y es que, precisó ante la extrañeza del fiscal, para una venta de seis millones de euros "no basta con la aprobación del delegado de la oficina, hace falta que el comité ejecutivo, en este caso la Caja de Pensiones, apruebe esta operación, porque no es una operación ordinaria".
Sin embargo, el notario recordó que en realidad "no estaba aprobado" y los "nervios" se debían a que, "según me manifestó Tejeiro, la Infanta había tenido una serie de dudas, no veía clara la operación y no quería firmar". Finalmente, el mismo día en que se escrituró la compraventa se aprobó la operación, según Masía, quien relató que después de todo "la Infanta no preguntó, porque su actitud era muy reservada, muy protocolaria".
"A ver, normalmente la esposa mira al marido y firma, y ya está. Aquí, como por protocolo empezábamos antes, la Infanta no podía mirar, no podía seguir, tenía que ser la primera en firmar", explicó el notario, quien recordó que "se le veía cara de duda, pero tampoco preguntaba".
Por otro lado, el notario también fue interpelado en torno a la constitución de Aizoon, de la que la Infanta es copropietaria al 50 por ciento junto a su marido, recordando que también participó en esta operación, que fue preparada y diseñada por Tejeiro, a quien le sugirió que, como es una empresa mercantil que "podía tener infortunio, que cambiara a gananciales para que así no tuviera que aparecer la Infanta".
"Sólo sugerí que Urdangarin estuviera en régimen de gananciales para que la Infanta no tuviera que aparecer por ahí", incidió el testigo, aseverando que, pese a las consultas que le hicieron sobre cómo repartir el accionariado de la empresa de consultoría, "no me hicieron caso".