Ione Belarra hace patente la tensión entre PSOE y Podemos felicitándose desde su despacho por la nueva Ley de Vivienda

Continúa la guerra fría entre Unidas Podemos y PSOE. Pese a la imagen de unidad que quisieron transmitir con la reunión de ayer noche a cuenta de la reforma laboral, y el acuerdo alcanzado este martes, en el Consejo de Ministros, para sacar adelante la nueva Ley de la Vivienda, la división de ambos bloques se hace patente día a día, y si hay algún gesto que apunta a la conciliación, horas después otro lo desmiente.

Ione Belarra se ha felicitado este martes por la mañana por la aprobación de la Ley de Vivienda. Lo ha hecho desde su despacho del Ministerio de Derechos Sociales después de que -según Podemos- el PSOE no le permitiese hacerlo desde la Moncloa. Belarra, que en los últimos días se ha erigido como uno de los principales arietes del ala podemita contra los socialistas, ha vuelto a poner de manifiesto con su video las diferencias existentes entre los socios de coalición.

Origen de las fricciones

Las relaciones empezaron a romperse, sobre todo, después de que el Gobierno comunicase al Ministerio de Trabajo que las reuniones con sindicatos y patronal en torno a la reforma laboral pasaban a estar coordinadas por la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, algo que Podemos tachó de "injerencia" al entender que correspondía a Yolanda Díaz llevar a cabo esa labor, toda vez que ha sido ella la que ha estado trabajando en la derogación a lo largo de los últimos meses.

También molestó en Podemos que Pedro Sánchez dejase de hablar de "derogación" para referirse a "modernización de la legislación laboral" y que saliese en defensa de Calviño.

Podemos mantiene que la derogación de la reforma laboral -para la que todavía no hay acuerdo- se pactó cuando se formó el Gobierno de coalición y que ahora el PSOE está faltando a su palabra.

La inhabilitación del exdiputado de Unidas Podemos Alberto Rodríguez tras ser condenado por el Supremo por propinar una patada a un policía terminó de embarrarlo todo.

La propia Belarra dijo que el Supremo estaba "prevaricando" y Unidas Podemos aseguró que se querellaría contra Meritxell Batet, presidenta del Congreso, por acatar el fallo pese al informe no vinculante de los letrados de dicha sala. Algo que finalmente no ha ocurrido.

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