El juez del Tribunal Constitucional Alfredo Montoya presenta su renuncia al cargo por motivos de salud

El mes de julio está siendo un período de renovación constante, tanto en la política como en los órganos judiciales. En este último caso, se hizo especialmente llamativa la renuncia de Dolores Delgado como fiscal general del Estado tras dos años y medio en el cargo, alegando que padecía problemas de salud, y que posteriormente el PSOE matizó al señalar que tenía "la espalda rota" como consecuencia de una reciente intervención quirúrgica.

Ahora, y apenas unos días después de la renuncia de Delgado, un magistrado del Tribunal Constitucional, Alfredo Montoya, ha presentado su renuncia al cargo que ostentaba, también alegando "motivos de salud". El jurista, que tiene 85 años de edad, ha comunicado su cese al presidente del Senado, Ander Gil, dado que fue propuesto a petición del Partido Popular en la Cámara Alta, por lo que ahora queda una plaza vacante en el organismo hasta que se designe a su sucesor.

Montoya ha ejercido numerosos cargos en calidad de profesor y catedrático, es licenciado en Derecho desde el año 1960 y ha sido nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad Central del Este (República Dominicana) en el año 2001, también por la Universidad Rey Juan Carlos en Madrid en 2006, y por último, en la Universidad de Murcia en 2008.

Seguirá en su cargo por unos días más

El presidente del Tribunal Constitucional, Pedro González-Trevijano, ha aceptado la renuncia de Montoya, que no será efectiva hasta que su cese se publique en el Boletín Oficial del Estado dentro de unos días. Montoya sufrió un ictus el anterior verano y, aunque no ha sido revelada si es la causa oficial por la que ha presentado su dimisión, tanto ello como su avanzada edad son factores a tener en cuenta para esos "motivos de salud" que le han llevado a renunciar.

Con la salida de Montoya, el Tribunal Constitucional se mantendrá con once magistrados hasta el próximo mes de septiembre, en lugar de los doce actuales. Casi con toda probabilidad, para el próximo otoño habrá una mayoría de los llamados jueces progresistas, que desbancarán a la mayoría conservadora que existía hasta ahora en el Tribunal Constitucional, pendiente aún de saberse si el PP finalmente aceptará un pacto para renovar los órganos judiciales o el PSOE sacará adelante su proyecto para hacerlo sin los 'populares'.

La renovación del Poder Judicial ha sido objeto de fuertes polémicas en el Parlamento, muy especialmente por partidos políticos como Ciudadanos y Vox, que se han opuesto frontalmente a que sean los partidos políticos quienes designen a los jueces, y han pedido que el Congreso de los Diputados lleve a debate un proyecto de ley por el cual se pueda conseguir que los jueces elijan a los jueces.