La Reina Letizia ha vuelto a participar, un año más, en la tradicional cuestación del Día de la Banderita, al presidir una mesa ubicada ante la sede de Cruz Roja, desde la que no ha dudado en salir, hucha en mano, para recaudar donativos entre los muchos fotógrafos, cámaras y periodistas que cubrían el acto. El gesto de doña Letizia, vestida con los colores de Cruz Roja -blusa blanca y pantalón rojo-, ha causado un pequeño revuelo entre los sorprendidos informadores, que han tenido que dejar a un lado sus cámaras y bolígrafos para buscar en sus bolsillos monedas y billetes que han depositado en la hucha que les ofrecía la Reina.
Como alguno le ha advertido de que no les había colocado la pegatina de Cruz Roja que acredita la aportación, la secretaria de Estado de Igualdad y Asuntos Sociales, Susana Camarero, que acompañaba a la Reina, se ha acercado enseguida con los adhesivos y todos los periodistas han podido continuar su labor, ya con el distintivo colocado por doña Letizia.
Ha sido la anécdota más significativa durante los 45 minutos en que la Reina ha permanecido en la mesa petitoria junto a Susana Camarero y el presidente de esta organización, Javier Senent. Entre las personas que han acudido a hacer su aportación solidaria no han faltado alumnos de colegios e institutos, madres con bebés a los que doña Letizia ha atendido muy cariñosamente y también un grupo de moteros de club madrileño de Harley Davidson, cuya presencia se ha convertido ya en una tradición.
El padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz, tampoco ha faltado este año a la cita. Los 'selfies' con la Reina han marcado la tónica general y han sido pocos los donantes que no han aprovechado la ocasión para hacerse una fotografía con doña Letizia. Algunos incluso han repetido y han vuelto a hacer la cola porque al bajar de la tarima donde estaba colocada la mesa han visto que la foto no les convencía del todo.
Antes de presidir la mesa de cuestación, la Reina Letizia ha asistido en la sede de Cruz Roja a la presentación del informe "La situación de la infancia en vulnerabilidad social", donde se ponen de manifiesto los duros efectos que la crisis ha tenido para la infancia. El documento, confeccionado a partir de encuestas a los propios niños a los que ayuda Cruz Roja, revela que uno de cada diez niños no realiza alguna de las tres comidas principales del día y que un 47 por ciento reconoce que pasa frío en casa.
Con gran interés, doña Letizia ha escuchado las aportaciones que en una mesa redonda han hecho la socióloga Lourdes Gaitán, el psicólogo Jaume Funes, la psiquiatra María Jesús Mardomingo y la profesora de Derecho Salomé Adroher. Gaitán ha hecho notar que la sociedad española no se hace una idea de la pobreza infantil en España, que asocia a la pobreza absoluta en los países subdesarrollados, de manera que el estudio de Cruz Roja contribuye a formarse una imagen real del problema. También ha hecho hincapié en que en España hace falta "un plan decidido" con metas claras para acabar con la pobreza infantil, y ha recordado el éxito obtenido en Reino Unido por un programa acometido por el anterior primer ministro, Tony Blair.
Jaume Funes ha recordado que los niños no son pobres, sino sus padres, y ha remarcado que los menores están protegidos por acuerdos y convenios que no se cumplen. También ha denunciado que la sociedad de consumo determina que para ser persona hay que tener capacidad de consumo, y ha analizado cómo afecta a los niños el hecho de que sus padres no puedan comprarles un teléfono de última generación, cuando ven que a su alrededor los demás sí lo tienen.
En cualquier caso, en la mesa redonda se ha puesto de relieve que pese a todas sus penurias y las dificultades de sus familias, los niños que sufren pobreza son más optimistas que sus progenitores, según el informe, y el 95 por ciento asegura ser feliz.