Del amor al odio hay un paso, pero también ocurre al contrario. Pedro Sánchez sabe muy bien lo que un día es un sentimiento y lo que al día siguiente es otro, es decir, ayer no quería a ver a Iglesias y hoy es su mayor aliado en esta investidura.
En una de sus intervenciones en la tarde del sábado, después de las intervenciones de Pablo Iglesias y Alberto Garzón, Pedro Sánchez ha subido al atril principal de la Cámara Baja para agradecer a ambos políticos su compromiso con el Partido Socialista para desbloquear la situación política de España.
Sánchez ha reconocido que ha habido "enfrentamientos dialécticos" con el grupo confederal, pero "bien está lo que bien acaba", ha afirmado Pedro Sánchez en relación con el pacto acordado con Unidas Podemos. "Esto va acabar en el entendimiento entre las izquierdas para formar un gobierno de coalición progresista", ha continuado.
En ese momento, Sánchez se ha dirigido a Alberto Garzón y a Pablo Iglesias para decirles que lo van a "hacer bien" y, que "dentro de cuatro años demostraremos a aquellos que ahora niegan este acuerdo de Gobierno, que somos una izquierda que supo y pudo gobernar España", concluyó.
Pedro Sánchez abandonó el atril y se dirigió al asiento de Pablo Iglesias para darle un fuerte abrazo.
Sánchez se ha mostrado "francamente ilusionado" ante el acuerdo para un gobierno progresista de coalición y se ha mostrado convencido de que en cuatro años "demostraremos que somos una izquierda que pudo gobernar y supo gobernar España".
Sánchez ha subrayado que el Gobierno de coalición avanzará hacia la involución que "vemos en algunos ayuntamientos y comunidades" y ha remarcado la "dosis de optimismo" que impregna al nuevo Ejecutivo, "pero también de responsabilidad".
El candidato ha aprovechado para reconocer al líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, la "generosidad" de dejar a ERC la negociación del acuerdo para resolver el conflicto catalán.
