Los reyes han iniciado su viaje de cuatro días a Cuba durante el que serán recibidos por el presidente del país, Miguel Díaz-Canel y protagonizarán una cargada agenda institucional, económica y cultural. La despedida oficial de los reyes ha tenido lugar en el pabellón de Estado del aeropuerto Adolfo Súarez Madrid-Barajas y a ella ha asistido el presidente del Senado, Manuel Cruz, el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Fernando Alejandre, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. El avión de la Fuerza Aérea Española ha partido hacia el Caribe con una delegación que acompaña a los reyes de la que forma parte el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
Sin disidentes
La agenda de Felipe VI y doña Letizia en esta visita de Estado, que se enmarca en la conmemoración de los 500 años de la fundación de La Habana, comenzará con un recibimiento por Díaz-Canel. No habrá ningún encuentro con disidentes del régimen cubano, pero sí una reunión con representantes de la sociedad civil de la isla para conocer también su visión. Aunque no se ha hecho público quienes estarán presentes en esa conversación, fuentes diplomáticas apuntan que habrá, entre otros, intelectuales, cuentapropistas y periodistas independientes. Los reyes recorrerán la Habana Vieja, visitarán una exposición de la Agencia Efe e Iberia sobre la historia gráfica de España y Cuba, asistirán a una gala de danza, ofrecerán una recepción a la colectividad española y el rey se reunirá con empresarios españoles que tienen intereses allí para conocer los problemas de su día a día. Entre otros actos, visitarán en el Museo de Bellas Artes el Autorretrato de Goya cedido durante un mes por el Museo del Prado con motivo de la conmemoración de la fundación de la capital cubana.
En memoria del 98
El viaje lo finalizarán en Santiago de Cuba, donde tendrá lugar uno de los actos más emotivos al rendir homenaje a los españoles caídos en 1898 en la guerra contra Estados Unidos.
Los reyes viajan a Cuba un día después de las elecciones generales. Los líderes del PP, Ciudadanos y Vox habían criticado al Gobierno por obligar a Felipe VI y la reina Letizia a hacer la visita en este momento y porque consideran que con ella se contribuye a avalar el régimen cubano, una crítica que coincide con la de algunos grupos de disidentes. Pero el Ejecutivo en funciones ha rechazado esas críticas, ha enmarcado la visita en los 500 años de la fundación de La Habana y ha recalcado que es una coincidencia que esta conmemoración coincida con los comicios en España. Además, fuentes diplomáticas subrayan que el viaje "no es una manifestación de apoyo a nada" sino una normalización de relaciones con un miembro de la comunidad iberoamericana con el que había una "anomalía".