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JUICIO AL PROCÉS

El juez Marchena demuestra su seriedad y firmeza en los primeros interrogatorios del juicio al 'procés'

El juez ha ejercido estos días de árbitro para que la fase procesal del juicio por el 1-O se desarrolle con normalidad.

Manuel Marchena, el presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, es conocido por su mezcla de seriedad y firmeza, de la que ha hecho gala en los primeros interrogatorios del juicio al 'procés'.

No es solo el presidente de la sala, el juez ejerce estos días de árbitro para que la fase procesal del juicio por el 1-O se desarrolle con normalidad. Vigilando por un lado los excesos de unos, llegando a llamar la atención a Cuixart por utilizar continuamente la coletilla "hostia" y, al mismo tiempo, evitando en la medida de lo posible los silencios intencionados, tras negarse Baños a responder a las preguntas de Vox.

Uno de sus cometidos ha sido recordar a todas las partes cuales eran sus derechos y obligaciones. En este apartado su esfuerzo queda acreditado con los testigos, como cuando tuvo que recordar a Joan Tardá que no hiciera valoraciones personales.

Porque no solo Tardá ha intentado abusar de la figura del testigo opinante, su compañero de escaño, como no, también lo hizo. "Me chirría que se dijera que aquello era una rebelión o un tumulto peligroso", valoró Gabriel Rufián.

Una labor de control ecuánime eso si, porque ni la abogacía del estado ni tampoco las defensas se han librado de las indicaciones del Presidente del Supremo. Y ese es el tono afable que ha intentado mantener en todas las sesiones, incluso a la hora de equivocarse.

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