José Manuel García-Margallo, ex ministro de Exteriores de España y diputado por Alicante en el Congreso, ha reconocido que ha sido "muy afortunado de estar cinco años en un puesto precioso, ya que representar a España en otro países es el mayor honor que puede tener un español". Ahora se ha mostrado deseoso de "ayudar al Gobierno a sacar a este país adelante" desde el puesto en el que está.
Su sucesor en Exteriores, Alfonso Dastis, ya no cree que Gibraltar sea una prioridad. El exministro señala que "en marzo o en abril del año que viene" es cuando el Consejo Europeo tiene que "establecer las orientaciones en las que se enmarca el mandato que tiene que hacer la negociación". "España debe dejar claro que las negociaciones Unión Europea-Reino Unido no cubren en ningún caso a Gibraltar porque lo dice la jurisprudencia europea, y a partir de ahí es donde tenemos que discutir", señala.
"Nada sería más absurdo que Gibraltar lograse un estatus especial dentro de la Unión Europea con el Reino Unido fuera", asegura Margallo, que considera que España tiene la "legalidad internacional de su lado".
Sobre la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales, ha señalado que "la humanidad responde siempre de forma muy súbita al miedo, el miedo a perder el puesto de trabajo y a perder la identidad cultural". Margallo considera que "la ciudadanía interpretó que eso se podía materializar por las políticas de integración de inmigrantes de Obama", una política que quería continuar Clinton. "Eso es lo que ha determinado el triunfo de Trump", señala.
Se ha hablado mucho de su relación con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. El exministro de Exteriores ha explicado en una entrevista en Espejo Público que "un Consejo de Ministros no es el Comité central del Partido Comunista de la Unión Soviética", ha asegurado que son "personas con criterios diferentes y los exponemos con toda claridad", pero esas "discrepancias de vez en cuando saltan a los medios públicos".
"La globalización provoca el miedo a que la cultura sea uniforme"
Margallo ha hablado sobre la propuesta de la reforma de la Constitución en cuanto a cuestión catalana. Defiende que "el Presidente del Gobierno puede oír todas las propuestas que se le formulen y a él le corresponde determinar en qué momento deben llevarse a cabo esas reformas o si no deben llevarse a cabo".
"La reforma constitucional que yo he propuesto incorpora todas las libertades de nueva generación, hay una reforma del senado como cámara territorial, hay una reordenación de competencias y hay un capítulo dedicado al sistema de financiación", señala el exministro.
Las prioridades para abordar la cuestión catalana, según explica Margallo, son "la firmeza en los principios fundamentales, la unidad de España, la igualdad de derechos y la solidaridad entre las distintas comunidades autónomas". "Mi obligación era explicar que no es concebible una Cataluña sin España", apunta.
José Manuel García-Margallo considera que "la globalización parece favorecer un patrón uniforme de cultura en todo el mundo y eso provoca, en determinadas comunidades una reacción defensiva". "La globalización provoca el miedo a que la cultura sea uniforme", apunta.
Los pilares básicos que mantiene el exministro de exteriores son "definir los servicios esenciales, definir el umbral de los servicios que nos podemos permitir como país y pagar esos servicios desde la administración central con los impuestos que se reserven". Y a partir de ahí "lo que quede fuera de esos servicios esenciales", eso ya se resuelve en cada comunidad. "Los impuestos que tiene que resolver el estado son el de sociedades, el IVA y el petroleo", apunta.