El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, aseguró que "la relación de confianza con las autoridades de Gibraltar se ha roto" y que eso ha obligado a imponer medidas de control más estrictas en la frontera para luchar contra el contrabando.
"En el momento en que esa confianza se restablezca es más que probable que podamos disminuir unos esfuerzos que son muy gravosos para el Gobierno español si contamos con la colaboración del Gobierno de Gibraltar", señaló García-Margallo en una rueda de prensa en Bruselas. Además, el ministro reiteró su disposición al diálogo con el Reino Unido y destacó que Londres aceptó el pasado año retomar las conversaciones sobre pesca y medioambiente en el Peñón con un cambio de formato planteado por España.
Éste pasaba por conversaciones bilaterales o incluyendo también a Gibraltar y a la Junta de Andalucía y fue aceptado por el Reino Unido en esos términos. "Estoy absolutamente de acuerdo con empezar mañana ese diálogo en la fórmula propuesta por el Foreign Office, sin cambiar una letra", dijo García-Margallo, en referencia a la carta de abril de 2012 en la que el jefe de la diplomacia británica, William Hague, aceptaba el llamamiento español para retomar las conversaciones.
La postura española es dialogar sobre aquellos temas en que hay que aplicar la legislación comunitaria, tanto en materia de pesca como medioambiente, recalcó el ministro. Sin embargo, dejó claro que el Gobierno "no va a renunciar en ningún caso a adoptar las medidas que considere necesarias para evitar daños" a "la economía nacional". "Daños que vienen derivados del contrabando, de los tráficos ilícitos, del blanqueo de dinero, de ventajas fiscales que colocan en peor situación a las empresas españolas de la zona", indicó García-Margallo.
Según el ministro, "las medida que estamos tomando en estos momentos para combatir el contrabando son medidas a las que venimos obligados", pues las cifras de contrabando han sido realmente "importantes". "De lo que se trata es de que recuperemos la confianza entre las dos partes", insistió García-Margallo, quien dejó entrever que para ello España espera que Gibraltar retire los bloques de hormigón vertidos al mar. Para el ministro, esos bloques "hacen inviable cualquier conversación sobre la pesca".