José Manuel García-Margallo ha señalado en una entrevista en Espejo Público que "sospechaba" que Alberto Núñez Feijóo no se iba a presentar como candidato a la presidencia del PP porque "está en unas circunstancias personales nuevas".
Además, ha reiterado que esta discusión no es entre personas, sino entre proyectos: "Tenemos que abandonar esta idea de un partido al servicio de un líder único, un partido está al servicio de unas ideas, que son lo que ese partido cree que es bueno para su país en un momento determinado". Así, si Fejóo se hubiera presentado y hubiera aceptado algunas de sus ideas, el político popular hubiera dado un paso atrás.
En cuanto a lo que pueda pasar dentro del partido en los próximos días, Margallo hace hincapié en que no sirve para "una guerra sucia", explicando que él "nunca" ha hecho una filtración y señalando que si quieren investigarlo hay material para hacerlo después de tantos años de trabajo. "La ciudadanía y nuestra militancia se merecen algo mejor", enfatiza.
En relación con otros candidatos a liderar el partido, cree que María Dolores de Cospedal "no va a dar un paso atrás". "Yo en política no tengo enemigos, tengo adversarios ideológicos", ha señalado preguntado por su relación con Soraya Sáenz de Santamaría, que ya ha anunciado su candidatura. "Cuando he creído que el proyecto al que he entregado mi vida, que es el PP, está en peligro, y lo está, me he visto obligado a dar el paso", comenta Margallo sobre su decisión, y añade que "hay que elegir entre Arias y Suárez" y él se siente identificado con el segundo que apostaba por cambios.
Relaciones con Estados Unidos
El exministro de Exteriores ha subrayado, también, la visita de los reyes a Estados Unidos y su primera reunión con Donald Trump porque las relaciones con ese país son "capitales" junto con las relaciones internacionales en el marco de la Unión Europea. Además, recuerda que las relaciones con EEUU no siempre han sido buenas, confesando que en su primera visita Hillary Clinton le contó que estaban pensando trasladar las bases que tenían en España porque en ese momento "la desconfianza era la norma".
En cualquier caso, señala que "a Trump hay que tomárselo en serio" y "lo que se avecina es la guerra comercial que puede frenar el comercio internacional". Por ello, defiende que España tiene que estar ahí y los reyes hacen muy bien este papel.