El juicio contra Baltasar Garzón en el Tribunal Supremo por su presunta prevaricación al abrir una causa contra el franquismo cuenta hoy con el testimonio de tres de las personas que suscribieron denuncias contra los responsables de desapariciones ocurridas tras la Guerra Civil.
"Tenía 6 años la última vez que vi a mi madre"
La vista se ha iniciado con la declaración de María Martín López, representante de la Asociación Nuestra Memoria, de represaliados en la Sierra de Gredos, que ha dicho saber donde está enterrada exactamente su madre: "Pegada al puente, en un ensanche donde luego han echado tres metros de tierra por encima".
María Martín ha relatado como: "Mataron a mi madre en 1936, con otros 27 hombres y 3 mujeres" también ha dicho que sabe donde está su madre enterrada en Pedrobernardo, Avila y ha contado que "tenía 6 años la última vez que vi a mi madre, la matarón el 21 de septiembre".
"Denunciamos porque había muchísimo crímenes sin resolver"
Angel Rodríguez Gallardo, historiador y miembro de la Asociación por la Memoria Histórica de Ponteareas (Pontevedra) ha declarado que "Presentamos la denuncia porque había muchos crímenes sin resolver, queríamos saber cómo se habáin producido las muertes y dónde estaban esas personas".
También ha afirmado que "Buscábamos de la justicia una reconstrucción lo más fiel posible de lo que ocurrió con los represaliados del franquismo y que se les pudiera reparar, algo que yo, como historiador no puedo hacer" y que lo que se vivió fue "un plan sistemático para eliminar a los representantes políticos".
"Se lo llevaron vivo y vivo lo reclamaba"
La segunda testigo, María del Pino Sosa, ha ratificado ante el tribunal que la Asociación por la Memoria Histórica de Arucas, que ella representa, fue de las primeras que presentó denuncia en la Audiencia Nacional en diciembre de 2006. Esta agrupación denunció en dicho momento más de 500 desapariciones, pero se han ido sumando muchas más.
Sosa ha exolicado que no supo nada de su padre desde que "se lo llevaron", y que su madre nunca quiso aceptar su muerte. "Se lo llevaron vivo y vivo lo reclamaba", ha sentenciado. "Se los llevaron de casa, los apaleraron, los tuvieron presos, se llevaron el pan y la sal de nuestras casas" ha añadido.
