David Marjaliza, presunto cerebro de la trama Púnica, acusó al exconsejero madrileño Francisco Granados de hacerse con el 20% de las operaciones inmobiliarias que su empresa desarrolló en Valdemoro cuando éste era alcalde, a través de una sociedad en la que figuraba la mujer de su jefe de gabinete Ignacio Palacios.
Durante las 13 horas de confesión ante el juez del caso Púnica, Eloy Velasco, Marjaliza explicó que cuando Granados llegó a la alcaldía él era un "promotor mediano" y como la política del suelo "depende de la potestad municipal empezamos una relación más fluida". Ambos se habían conocido, dijo, en Alianza Popular y luego siguieron caminos diferentes, uno en la política y otro como promotor, una amistad que retomaron cuando nombraron alcalde a Granados.
Fue entonces, prosiguió Marjaliza, cuando Granados le propuso aliarse con otro promotor mayor de la zona, Ramiro Cid Sicluna, para crear juntos una sociedad inmobiliaria en Valdemoro, cuyo nombre no llega a recordar porque después la vendió y alegó además llevar ocho meses "perdido", aludiendo a su estancia en prisión, de dónde salió unos meses después tras abonar 100.000 euros de fianza.
"Ahí empieza el tema", destacó Marjaliza, al relatar que finalmente la sociedad la constituyó con ese promotor y la mujer del jefe de gabinete de Granados, Ignacio Palacios, a la que correspondía un 20% de las ganancias, si bien ese dinero era realmente para el exconsejero madrileño.
Marjaliza relató además cómo Granados les animó a él y a Cid Sicluna a juntarse "para ayudarnos recalificando suelo" y obtener así un porcentaje de las ganancias derivadas de las operaciones inmobiliarias. Así, según su versión, desde 1999 hasta 2007 Granados se estuvo llevando entre 3.000 y 6.000 euros por cada vivienda que él promovía.
"Si se adjudicaban los suelos a un determinado precio, tú lo pactabas y lo pagabas", prosiguió, a lo que siguieron una serie de preguntas y respuestas del juez: "¿Y cómo se pagaba?". "Con dinero". "¿En mano?". "Claro". "¿Contante y sonante?. "Claro". "¿Y se lo llevaba el señor Granados?". "Claro". Según Marjaliza, las comisiones se daban normalmente en mano a Palacios y en ocasiones a Granados.
El imputado dijo que era sencillo para el Ayuntamiento adjudicar las promociones a una determinada empresa porque los pliegos eran "tan amplios que es fácil que haya una decisión política a un lado u otro, y eso no hay técnico que pueda tumbarlo". "Pero Granados no estaba en la mesa de negociación, ¿bastaba con una indicación política?", le preguntó entonces el juez, a lo que contestó: "Sí, con una indicación política bastaba, había tanta subjetividad que era muy fácil".
De hecho, él ya sabía con antelación los terrenos rústicos que debía comprar porque se iban a recalificar a urbanizables, gracias a las reuniones que mantenía con Granados, quien le decía qué suelo adquirir. Marjaliza hizo estas declaraciones durante tres días en junio de 2015 y unos meses después, en diciembre, Velasco le impuso una fianza para salir de prisión al entender que había colaborado de forma positiva con la investigación.