Más de 20.000 inmigrantes intentaron entrar de forma irregular por las vallas de Ceuta y Melilla el pasado año y en torno al 10 por ciento, unos 2.300, lo consiguieron, la práctica totalidad de ellos por el puesto fronterizo de la segunda de estas ciudades autónomas.
Son cifras en las que se constata que la llegada a España de inmigrantes irregulares se ha frenado por la vía de entrada de Ceuta, pero se ha disparado por Melilla, por donde lograron pasar el doble de personas de las que lo hicieron en 2013. La cooperación de Marruecos, más involucrado en el control de la inmigración irregular, según subrayan algunas fuentes consultadas por Efe, el refuerzo policial en los perímetros fronterizos y las vallas antitrepa han frustrado saltos masivos que, de todos modos, no han dejado de intentarse.
De hecho, agazapados en los alrededores de las vallas y en espera de una oportunidad para alcanzar Europa se encuentran hoy, como en el último año, cientos de subsaharianos. Un ejemplo de ello son los 1.800 inmigrantes que esta misma semana, según el delegado del Gobierno en Ceuta, Francisco Antonio González, permanecían en el entorno de la frontera con la intención de consumar su deseo de llegar a España.
En cualquier caso, la presión migratoria en Ceuta ha sido bastante inferior a la que ha sufrido Melilla en el último año, según los datos prácticamente definitivos de los que dispone Efe. Aunque por vía marítima la llegada de subsaharianos disminuyó en 2014 en Melilla (unos 200 frente a los 250 de doce meses antes), la valla fue el objetivo de miles de inmigrantes, pero finalmente lograron sobrepasarla unos 2.200, más del doble del millar que lo consiguió en 2013. Pero fueron muchos más los que lo intentaron.
Unos 18.800 quisieron cumplir su sueño de llegar a Europa a través de la valla melillense, en grupos numerosos para más de 170 intentos. De estos últimos, una veintena de asaltos culminó con éxito para los inmigrantes y en torno a 120 fueron abortados por la intervención de la Guardia Civil y las fuerzas policiales marroquíes.
En una treintena de intentos, algunos subsaharianos lo consiguieron y otros fueron interceptados. El resultado de esas intervenciones policiales impidió así que alrededor de 16.500 subsaharianos accedieran a Melilla por el perímetro fronterizo.
Aún así, los saltos consumados saturaron el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de la ciudad -aún hoy lo está-, con una sobreocupación que triplicaba su capacidad, con unas 1.500 personas acogidas. Y en esa presión que no cejó en esos doce meses, dos fechas -el 18 de marzo y el 28 de mayo- quedaron marcadas en el calendario de de la valla melillense, porque esos días entraron en la ciudad en sendos saltos 500 inmigrantes en cada caso. Por su parte, en Ceuta fue muy similar el número de intentos de saltar la valla, pero menos cuantioso el de personas que conformaba cada grupo que quiso saltarla.
Así, el año pasado pretendieron acceder a esta ciudad autónoma por su perímetro alrededor de 2.500 subsaharianos, pero lo lograron muy pocos (apenas una veintena), mientras que el resto fue rechazado por la intervención de las fuerzas de seguridad marroquíes y españolas. Respecto a la llegada a Ceuta en patera u otras embarcaciones, el descenso ha sido considerable, ya que, según los datos disponibles y provisionales, alcanzaron la costa unos 250 inmigrantes, más o menos la mitad que en 2013. Y en ese descenso de la presión en Ceuta -aseguran algunas fuentes- ha tenido mucho que ver la "alternativa" más fácil y barata de las embarcaciones tipo "toy" para trayectos no demasiados largos, como el que separa la ciudad marroquí de Tánger con la gaditana de Algeciras.
uizá por ello, España volvió a vivir en agosto pasado una importante oleada de llegada de pateras y otras frágiles embarcaciones a través del Estrecho, donde unos 1.000 inmigrantes fueron rescatados en un episodio que recordó la crisis de los cayucos de 2005. 2015 ha comenzado hace poco más de un mes y la presión migratoria continúa sobre las dos ciudades autónomas, pero mientras en Ceuta un número importante de los subsaharianos que entran lo hacen ocultos en dobles fondos de vehículos que cruzan la frontera, en Melilla sigue siendo la valla la vía más intentada.
Al menos en dos ocasiones del pasado mes de enero -los días 2 y 19- las autoridades marroquíes evitaron que mil inmigrantes en cada caso se aproximaron a la valla melillense. No tuvieron éxito tampoco los 600 que el día 20 de ese mes quisieron acercarse al perímetro. Nadie duda de que lo seguirán intentando.