La Mesa del Congreso ha decidido dejar en suspenso hasta la próxima semana la autorización al grupo parlamentario de Convergencia, pues tiene dudas con su nuevo nombre de Partido Demócrata Catalán (PDC), que aún no está autorizado en el registro de Interior, y porque quiere comprobar si cumple los porcentajes de voto que exige el Reglamento.
En una reunión de casi dos horas, el órgano rector de la Cámara ha acordado dar dos días de plazo a la formación independentista para que aclare la situación del nombre del partido que quiere suceder a CDC y para que explique cómo cumple los requisitos.
Según ha explicado la presidenta del Congreso, Ana Pastor, Convergència debe explicar en qué situación se halla la inscripción de su nombre y cómo cree que cumple los requisitos de porcentaje de voto que exige el Reglamento del Congreso, pues la petición registrada es muy "escueta" y carece de argumentación.
A tal fin, se les ha dado un plazo de 48 horas hasta el viernes, una decisión apoyada por PP y PSOE y que en cambio han rechazado los representantes de Ciudadanos y de Unidos Podemos-En Comú.
Según Nacho Prendes, vicepresidente primero de la Mesa y diputado de Ciudadanos, los independentistas catalanes están recibiendo un trato "privilegiado" que nunca antes se había dado en la Cámara.
Sin discusión, la nueva Mesa ha aceptado este miércoles la creación de los cuatro grupos que lograron más de 15 diputados en las elecciones de junio, que es la vía reglamentaria más directa. Se trata de el PP, el PSOE, Unidos Podemos-En Comú Podem y Ciudadanos.
A los que no lleguen a ese umbral mínimo, el Reglamento permite formar grupo si se tienen al menos cinco diputados y, además, se reúne el 5% de las los votos a nivel nacional o bien un 15% en aquellas circunscripciones en las que se presentaron, una vía por la que han accedido tanto ERC (con 9 diputados y el 18,17% de los votos en Cataluña), y el PNV, con cinco diputados y casi el 25% de los votos de Euskadi.
El caso de Convergència es distinto pues, aunque logró ocho diputados en los comicios de junio, no alcanzó el 15% de los votos en las cuatro provincias catalanas, quedó por debajo en Barcelona y Tarragona, y ni siquiera logró ese porcentaje en el conjunto de Cataluña (se quedó en el 14%), que precisamente había sido el argumento que esgrimieron PP y el PSOE en la Mesa del Congreso para permitirles formar grupo en enero.
Además, la formación que capitanea Francesc Homs, aunque concurrió a las elecciones con el nombre de Convergència, se ha registrado como grupo con su nueva denominación, Partit Demòcrata Catalàn (PDC), que aún no está autorizada por el Ministerio del Interior porque ya la utilizó una escisión independentista de Unió (UDC).
En la misma reunión, y con los votos de PP, PSOE y Ciudadanos, la Mesa ha rechazado la creación de los grupos parlamentarios de En Marea (Anova-Podemos-EU) y A la Valenciana (Compromís-Podemos-EUPV) reiterando que no es posible aceptar que diputados del mismo partido (Podemos o IU) se dividan en grupos distintos, el mismo argumento por el que ya se les denegó en enero.
Las confluencias gallega y valenciana tienen ahora dos días para comunicar si se integran en el grupo de Unidos Podemos-En Comú Podem o si se van al Mixto, como ya han adelantad que harán los cuatro diputados de Compromís.