El senador del PSC José Montilla considera que "la marca Barcelona no está muerta, pero sí que está herida de gravedad", por lo que entiende que es muy importante lo que se haga a partir de ahora. Por ello, pone ahora el foco en las elecciones regionales: "La palabra la tienen los ciudadanos el día 21 y esperemos que acierten y que empecemos a salir de la situación de crisis de la que estamos inmersos desde hace tiempo".
El expresidente de la Generalitat defiende que hay que "sumar esfuerzos" entre el gobierno que salga de las elecciones y el gobierno de España para "generar confianza". Además, considera que la excarcelación de los exmiembros del Govern aplicaría una "normalidad" a unas elecciones que tienen un "alto grado de anormalidad" después de la aplicación del artículo 155. "Ojalá puedan defender sus posiciones desde la calle", subraya, y añade que esto ayudaría a central el debate de la campaña en "los problemas reales de la sociedad catalana, que a su juicio tienen que ver con la economía y el bienestar.
"Lo importante no es abrir más frentes que nos enfrenten más entre los diferentes pueblos de España"
En cuanto a su comparación entre Cataluña y Ceuta y Melilla -dijo que "España sin Cataluña no sería España, sería otra cosa, no hablamos de Ceuta y Melilla", de la que pidió disculpas, reitera que sólo hablaba en términos demográficos y de economía, aunque fue un "error" hacerlo.
En relación al cupo vasco, que se aprueba este jueves en el Congreso, Montilla lo defiende porque es "plenamente constitucional" y en estos momentos "lo importante no es abrir más frentes que nos enfrenten entre los diferentes pueblos de España". De hecho, en su opinión, si no hubiera elecciones en Cataluña, Ciudadanos no se opondría a su aprobación.
No obstante, destaca que Mariano Rajoy "ha puesto por delante sus intereses" porque "quiere tener a los socios tranquilos para poder aprobar los presupuestos a continuación y ha privilegiado que se pueda cerrar antes el cupo vasco". Así, el político catalán entiende que lo "deseable" hubiera sido que la negociación del cupo vasco se hubiera hecho en paralelo con la negociación de la financiación autónomica. "No ha primado el sentido de Estado, sino los intereses a corto plazo", ha lamentado.