El titular de Defensa y la diputada de UPyD Irene Lozano han protagonizado en el pleno del Congreso un intenso debate sobre el caso de la capitán, hoy comandante, que ha pedido la baja en el ejército tras denunciar acoso laboral y sexual, y que ha publicado en un libro y explicado en un programa de televisión. Con la protagonista sentada en la tribuna del hemiciclo, el titular de Defensa ha lamentado la situación de la capitán y ha negado el acoso sexual y laboral en las Fuerzas Armadas.
Morenés ha asegurado que el Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas "son tenaces en la lucha por la igualdad y la dignidad de la mujer" y "ejemplo" en la OTAN y otras organizaciones internacionales. "La incidencia de estos delitos que el ministro de Defensa y las Fuerzas Armadas lamentan profundamente es un 400% menor que en la sociedad en general, y son perseguidos juzgados y condenados", ha sentenciado Morenés.
Tras recordar que es prioridad para su departamento "remover" todos los "obstáculos" que impidan la igualdad, el ministro ha explicado que entre otras iniciativas están en marcha el observatorio militar, los planes de estudios, la nueva ley de régimen disciplinario y el nuevo Código Penal Militar. El titular de Defensa ha acusado a Lozano de "bajeza moral" y le ha pedido que "deje de manchar el buen nombre de las Fuerzas Armadas en su búsqueda de autopromoción en la venta del libro", escrito por la diputada y publicado la semana pasada.
La parlamentaria de UPyD ha afirmado que "hay muchas 'zaidas' en el Ejército de Tierra" y ha pedido la dimisión a Morenés, a quien ha acusado de negar su ayuda y "no mover ni un dedo". Tras acusar al ministro de añadir mentiras sobre este caso, le ha pedido que acelere el expediente abierto sobre la petición de baja de Zaida porque "lo único que ella quiere es salir". "Un caso como este no puede volver a repetirse", ha insistido Lozano, quien ha advertido que "hay sádicos que aún quieren seguir torturando psicológicamente a la comandante".
Posteriormente, Morenés ha pedido "disculpas" en el hemiciclo por haber mandado callar poco antes a la diputada de UPyD con el gesto de ponerse un dedo en la boca durante el debate. "Pido mis disculpas por haber hecho un gesto de silencio", ha contestado Morenés a la diputada, cuando ésta ha manifestado que no estaba "de acuerdo con que el ministro mande callar a las mujeres y en concreto a las militares que sufren acoso sexual".
Ya en los pasillos, Morenés ha rechazado la acusación de "machista" y de que "empatiza con los abusadores" que le había lanzado Lozano, y ha afirmado: "Yo no soy en absoluto machista, no lo he sido nunca, lo que me gusta es que me respeten lo mismo que yo a los demás". La diputada Lozano ha recibido en los pasillos el apoyo de diputados de otros grupos de la oposición, como el socialista Pedro Saura, que ha tildado de "patético" al ministro y ha censurado sobre todo su gesto de imposición de silencio. También el diputado de IU Gaspar Llamazares ha calificado de "vergonzosa" la actuación de Morenés, que a su juicio "debería haber sido cesado antes y ahora con mucha mayor razón, porque no ha protegido los derechos de las mujeres en el Ejército".
Al término del pleno, Zaida Cantera ha agradecido a la sociedad su respaldo a la "dignidad" de las mujeres en las Fuerzas Armadas. De baja médica desde febrero del pasado año, no ha querido hacer más declaraciones puesto que supondría una falta que podría desembocar en un expediente de expulsión del Ejército. Quién sí ha hablado ha sido su marido, José Lóbez, oficial en comisión de servicios, quien ha tildado de "sinvergüenza" a Morenés y ha lamentado que las mujeres del Partido Popular hayan aplaudido la réplica del ministro.
En su libro "No, mi general", la militar denuncia el acoso sexual y laboral que asegura haber sufrido. Relata su "experiencia brutal y traumática de ser acosada sexualmente primero, y perseguida laboral, profesional y personalmente después, a modo de escarmiento, por aquellos que tendrían que haberla protegido". Zaida Cantera, tras regresar de una misión en Líbano en 2008, se reincorporó a su puesto en el Ejército de Tierra y comenzó la historia de acoso por parte de uno de sus superiores, el coronel Isidro José de Lezcano-Mújica.
Se decidió a denunciarlo y el Tribunal Militar Central, en sentencia dictada el 8 de marzo de 2012, condenó al entonces coronel a dos años y diez meses de prisión por delito de "abuso de autoridad", con trato degradante, ya que entonces el acoso sexual no estaba tipificado en el Código Penal Militar. El 14 de julio del pasado año solicitó la incoación de un expediente de insuficiencia de condiciones psicofísicas para determinar si todavía posee las facultades para continuar en el Ejército.